Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 19 de junio de 2017

Fin de semana en Panticosa...

.. Y en plan señor

Nada de refugios con literas corridas ni vivacs con mosquitos fastidiando, no señor: En Hotel con tratamiento termal incluído. La idea de mi señora claro, gran aficionada a buscar ofertas por internete que contrató dos noches en el Hotel Continental. Y para allá que nos fuimos el Viernes por la tarde.

Bonita vista desde la habitación
Resulta que al día siguiente tenía lugar en Sabiñánigo la clásica prueba ciclista Quebrantahuesos y por eso tantos coches con bicis en la carretera. Lo más curioso fue que también en nuestro hotel se alojaban muchos participantes, cosa que me extrañó pues entre Sabi y el Balneario de Panticosa hay 31 kmts y muchas muchas curvas. Los alojamientos de toda la zona estarían completos o a lo mejor se trataba de dormir fresquitos, y puede que fuera lo segundo pues a 1630 mts de altitud las noches son maravillosas.

En cualquier caso y gracias a nuestros amigos los ciclistas el desayuno del sábado sería entre las 6 y las 11 de la mañana en lugar del horario habitual de 8 a 11.  ¡¡Y qué desayuno!! Yo que pensaba salir con un trago de agua y unos frutos secos, me dí un homenaje de dos huevos fritos, queso brie, bacon, jamón york, unas rodajas de sandía y otras dos de melón acompañado todo con dos cafés con leche. Y si no fuera por la diabetes me hubiera dado una vuelta por la sección de dulces, tostadas, mermeladas y más cosas que aquí no tengo sitio para poner.  Me puse cuatro uds de insulina y salí a la calle (digo al monte) más contento que un chico con zapatos nuevos. Zapatos no, pues llevaba mis viejas Saucony Xodus pero sí que estrenaba mochila: la mítica de Salomón de 12 l de capacidad. ¡¡Qué gozada de mochila!! Se ajusta bien y es tan cómoda como decían mis colegas.

La excursión sería subir al Pico Xuans, de 2838 mts. En wikiloc ví la ruta subida por mcello, que debe ser un campeón porque indica un tiempo de 2h 58 minutos.  Como quiera que no quería pegarme toda la mañana fuera y quería estar de regreso para las 11 de la mañana me pareció una opción perfecta para poner una nota de monte en un finde familiar.

Los 16 grados de temperatura son geniales para enfrentar la dura subida. Primero por el camino que asciende a los ibones de Brazatos para enseguia tomar un desvío a los ibones de Labaza. Es curioso que noto más calor al coger altura entre los pinos y rododendros, incluso los mosquitos no dejan de hostigarme en las paradas. Más arriba del bosque y ya en zona de bloques, la temperatura se nota más fresca y como además el terreno está orientado al Oeste, no veré el Sol hasta casi la cima de mi excursión.  No pasa lo mismo con la vertiente Este de los tresmiles que dominan el Balneario: Algas, Argualas, Garmo Negro, Arnales e Infiernos que a mi espalda destacan con toda su luz sobre la oscuridad del profundo circo de montañas.

No acabo de pillarle el truco al móvil y muchas fotos salen pelín desenfocadas...
Uno de los Ibones de Sarrato. Arriba los Batanes y a su izquierda mi objetivo: La Peña Xuans.
Más arriba ya estoy sobre el Ibón de Labaza.


Ibón superior de Labaza, todavía helado. Encima suya La Peña Xuans. Llegaré al collado iluminado por el sol haciendo travesía por encima de los neveros.
  La excursión no es difícil pero es una ruta poco concurrida. Hasta el collado próximo a la cima voy por bloques y neveros en absoluta soledad: No me cruzaré con nadie en toda la ruta salvo con dos excursionistas en las proximidades del balneario. Entre eso y que los últimos metros exigen toda la atención por ser zona expuesta, respiraré ese aire de riesgo, de aventura que atrae e intimida al mismo tiempo. La trepada es fácil y la roca presenta buenos agarres pero el patio debajo mía impone un poco, cuidadín...

El Ibón de Xuans tammbién cubierto de hielos. Más abajo el Superior de Bachimaña... Y el de Bramatuero y...

Panorámica desde la Cima con el Pico Serrato muy cerca a la derecha.




Curiosamente lo pasé peor y tuve más dudas en la bajada final. Al principio perdí altura por extensos neveros y terreno fácil pero más abajo algunas paredes cortaban la montaña, justo encima del pequeño ibón de Cuanga hasta cuyas orillas conseguí llegar echando mano del wikiloc casi todo el rato, aún y todo no seguí la misma bajada que el tal mcello, que repito tiene que ser un crack: él hizo menos de tres horas mientras que a mí me salieron casi cinco horas...


Ya veo el balneario!!

Añadir leyenda

Creía que la ruta me llevaría hasta el nuevo refugio de Bachimaña, el cual podía ver debajo mía mientras perdía altura pero no, ni llegué al refu ni regresé al Balneario por la Cuesta del Fraile sino por el Sendero de los Machos, que no conocía y me sorprendió con rincones y paisajes nuevos en una zona que tengo muy pisada.  No eran mucho más de las once cuando llegaba al hotel, empezaba a hacer calor pero el resto del día no me iba a pillar el Sol, jejeje...



Para el Domingo había pensado en subir al Garmo, pero quería estar de regreso para desayunar con Begoña sobre las 10, de modo que me planteé un "paseo rápido" en plan entreno subiendo a los Ibones Azules. Una bonita excursión en la que,  igual que la jornada anterior el Sol me pegó muy poco rato: Salí de la sombra más arriba del Ibón Superior de Bachimaña y entré en ella de nuevo al regresar, pues justo abajo de la Cuesta del Fraile y dada la hora aún temprana, los rayos del Sol todavía no llegaban al fondo del valle.

Las nieves de Panticosa se derriten a un ritmo tremendo. Las temperaturas de este Verano anticipado harán que nuestros Pirineos pierdan sus galas blancas en pocos días. En Julio nos parecerá que es Octubre y veremos entonces si los ríos e ibones que en mi paseo estaban a tope de agua sobreviven al estío...


¡¡¡Un fin de semana sin pasar calor sí señor!!!