Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

lunes, 25 de julio de 2016

Circular desde Sallent a Tebarry e Infiernos

Copiando la excursión de Jorge Gª Dihinx en su magnífico blog "La Meteo que viene", convencí a Iñigo, Alejo, Iván y Antonio para acercarnos a Sallent de Gállego este Sábado 23 de julio.  Jorge la proponía subiendo a la Sarra y Respumoso primero y terminaba bajando el barranco de Pondiellos que lleva directo a Sallent. En su descripción señalaba que el camino por ese barranco no está muy bien marcado y siendo que es una ruta poco transitada planteé hacerla en sentido contrario: Odio los finales complicados.


El desayuno en una panadería de Sallent fue la mejor forma de empezar la jornada: unos cafés con leche bien acompañados de tarta de manzana casera nos sientan de maravilla, sobre todo a mí que tengo el azúcar por los suelos: 52 mg/dL a las 8:30, ante lo cual añado un sandwich de nocilla que siempre tengo para estas ocasiones.


Dejamos la furgoneta aparcada junto a la Guardería infantil, justo al lado sale
 un camino con un cartel indicador: "Valle de Pondiellos".
  Arriba y a contraluz el Tebarray, nuestro primer objetivo.
Como bien dice Jorge el sendero se pierde a menudo entre la hierba pero tanto Iván como yo nos hemos descargado la ruta de Wikiloc de Jorge, y con eso no tenemos mucho problema en progresar y ganar altura valle arriba. A nuestra izquierda las aguas del torrente se precipitan con estruendo y es que las tormentas han descargado fuerte los últimos dos días.  Mis colegas han venido con ganas de correr: Iván e Iñigo super fuertes como siempre, Alejo con muchas ganas después de unos días en la playa donde asegura que "casi" no ha corrido nada y Antonio que hace dos semanas se calzó la Ehun Milak como un campeón no tiene problemas en seguir el ritmo del grupo, no como yo que apenas puedo hablar, arf arf !!!

El sendero desaparece a veces y en una de esas cuando corremos por la hierba Iñigo pisa mal y se le tuerce el tobillo. Nuestro amigo se detiene y decide dejar ahí la excursión: justo es el que estaba recuperando de un esguince y no se quiere arriesgar a que más arriba se le fastidie del todo, además que muy pronto tiene un viaje con el que lleva soñando meses y no se la quiere jugar. 

Más arriba nos alejamos del barranco y seguimos ganando altura por la ladera a nuestra derecha. Entre pinos volvemos a encontrar la senda. La mañana es fresca y aunque el sol nos pega enseguida vamos muy a gusto. Debajo nuestra Sallent se va quedando pequeñito y hace rato que podemos ver las cumbres de Collarada, Pala de Ip y Anayet entre otras por encima de los verdes puertos de Formigal. ¡¡Qué precioso está el Pirineo!!


 

El Tebarray lo tenemos delante, vamosss!!!!
A unos 2400 mts la ruta nos acerca de nuevo al barranco donde un gran nevero lo cubre por completo. Un rincón salvaje debajo de los Infiernos, Garmo Negro y Argualas. Encima nuestra las aguas que bajan de los Ibones de Pondiellos se precipitan por la pared. En esta parada me miré el azúcar y tenía 378 (hora 10:50) de modo que me puse 3 uds de insulina. Debí haberla puesto con el desayuno en Sallent pero en fin...
Ha sido buena idea empezar el viaje de este modo, cuanto más arriba estamos más fácil es seguir la ruta y cuando nos vemos en la base del Tebarray hasta un niño sabría orientarse. Descubrimos las oscuras aguas de su ibón encerradas en una pequeña cubeta y ascendemos hasta la misma cima de nuestra montaña preferida: 2896 mts.  Los picos del Infierno se levantan delante nuestra y detrás tapado por las nubes el macizo de Balaitus. Hace fresco pero el chubasquero es abrigo suficiente. Mis colegas miran con desconfianza la ladera de los Infiernos, distinguimos unos montañeros cruzando los neveros de arriba pero les aseguro que pueden evitarse por la izquierda así que en cuatro patadas bajamos al collado donde nos cruzamos con más grupos y sin perder un segundo volvemos a ganar altura hacia el segundo objetivo del día.



Piedras, piedras y más piedras. Grandes y pequeñas. La pendiente se acentúa más arriba y pronto estamos trepando buscando los mejores agarres con las manos.  La ascensión a los Infiernos está catalogada como Facil Superior y ningún paso supera el grado II de dificultad pero el patio debajo nuestra le pone bastante emoción a la aventura. Una vez en la cima del Garmo Blanco (2960 mts) haremos una poca de gimnasia hasta la Cima Occidental  (3073 mts). Aquí se queda Alejo para apañarse una compeed en la ampolla que le está martirizando el pie. Iván, Toño y yo seguiremos por la cresta hasta la Cima Central (3082 mts).  Saludamos a unos montañeros asturianos, nos hacemos unas fotos y aunque tenemos a 10 minutos la Cima Oriental la dejamos para otra ocasión y volvemos sobre nuestros pasos.  







De regreso al Collado de Tebarray hicimos una parada para almorzar, yo llevaba un bocata de jamón que con los 83 de azúcar que tenía me sentó de maravilla. Me puse 2 uds de novorapid.  Hora: 14:22.

Nos seguimos cruzando con más grupos de montañeros, normal pues estamos en el GR-11 y un sábado de Julio la ruta está muy transitada. ¿Cómo estará la bajada hacia el ibón de Llena Cantal y Respomuso? ¿Tendremos nieve?  En los primeros metros de bajada no, eso ya nos lo había dicho nuestro amigo de la Meteo que viene, pero ¿y después? Solo Toño y yo llevábamos pinchos, pero cuando pusimos el pie en el primer nevero comprobamos que no harían falta. Además una caída no tenía peligro pues no tenía mucha pendiente así que a buen paso y enseguida a la carrera llegamos primero al ibón de Llena Cantal y luego a la orilla del inmenso Respumoso.   





Es un placer correr por el sendero de la orilla sur de este lago mirando de reojo a nuestra derecha la mole del Balaitus que se levanta sobre el refugio de Piedrafita, pequeñito en las faldas de la montaña.

Llegados al muro de la presa cruzamos al otro lado, pasamos junto a la ermita y continuamos la carrera por el transitado camino que por el Paso del Onso baja a la Central Eléctrica de La Sarra. Docenas de montañeros, excursionistas, familias, niños y mayores subiendo y bajando por él. Iván y Alejo, que ya se ha olvidado de las ampollas del pie se perderán camino abajo a toda velocidad. Detrás vamos Toño y yo, también bajamos rápido pero yo me veo torpe y flojeras: seguro que estoy bajo de azúcar.  Le digo a Toño que tire para adelante y me quedo el último, más tranquilo y a mi ritmo mientras doy sorbos al camel con isostar y trago un par de geles.  Entre eso y que el camino va mejorando pronto volaré yo también valle abajo ante la atónita mirada de los excursionistas que no sé si tiene reproche o envidia por la prisa que llevamos...

En la Sarra me encuentro a mis tres camaradas. Alejo que está dentro del río ha sufrido una torcedura de tobillo y se está aliviando con el agua fría.  Decidimos continuar los tres que quedamos sanos y volver a por él. ¡¡Hasta luego campeón!!

Los tres kilómetros que nos quedan hasta Sallent los haremos primero por el sendero de la orilla Oeste del embalse de la Sarra, que yo no conocía y que me encanta por dos motivos: está a la sombra y no hay nadie, mientras que la otra orilla parece Benidorn: el chiringuito a tope, coches que llegan, coches que se van...   Después corremos unos 500 mts por el carretil hasta que llegados a una curva un cartel indica el GR-11 que baja directo al pueblo. Bajada fuerte por senda estrecha y más abajo pista forestal donde, en un despiste,  Iván también sufrirá una leve torcedura. ¡¡Madre mía que racha llevamos!!  Por suerte no es nada y reanudamos la carrera.  Cinco minutos más y llegamos al coche. El lugar está petado de gente y coches: el Festival de Pirineos Sur, en Lanuza, pone Sallent en el mapa de todo el mundo en estos días de Verano. Hora 17:15, mi azúcar por los suelos: 45, pero pronto lo subiré jeje.  Iñigo nos recibe sonriente, ha aprovechado la mañana para descansar y como va a quedarse por aquí unos días es la persona más feliz del mundo. No ha volado a tres mil metros como nosotros pero pronto lo hará mucho más alto...

De regreso a la Sarra para recoger al bueno de Alejo aprovechamos que en la terraza del chiringuito se estaba de cine al solito de la tarde para echar unas cervezas, una tortilla y unas patatas bravas. Ni siquiera un príncipe podría disfrutar una merienda mejor.

Aquí tenéis el repor completo

Y aquí un vídeo de super Toño, que está hecho un Steven Spielberg:




martes, 5 de julio de 2016

Por Panticosa, de bucles y péndulos...

El sábado tenía pensado salir por Pamplona, entrenar el recorrido de la Hirumendi o algo parecido, a mi bola, porque los colegas han empezado a dispersarse. En esas que Borja, con quien he coincidido en más de una propuso hacer algo en Pirineos. ¿Tendeñera? le eché el guante tecleando en el ordenador. El guante lo recogió Ramón, que se lo pasó a un tal Hector del grupo Trail Running Zaragoza. Tenían planeada una excursión por Panticosa: Un bucle que primero nos llevara a los ibones de Brazato para bajar al Balneario y subir después al Garmo Negro.  La idea me gustó, sobre todo porque hablaban de terminar con una travesía hacia los Ibones Azules y bajar por Bachimaña.  No conocía a ningún loco del Trail Running Zaragoza pero no lo pensé y me sumé a la aventura. ¡¡A las 8 de la mañana en el Refugio Casa de Piedra del Balneario!! ¡¡Vale!!


A las 4:00 arriba, ¿cuánto tengo de azúcar? 167, culpa de las tres cervezas del viernes, bueno. Cinco uds de Novorapid y un buen desayuno.  Son las 5:15 cuando tengo todo listo y salgo con el coche. Noche tranquila y ni un coche por la autovía. Amanece por Yesa, una mañana fresca y con nieblas cayendo por la Sierra de Leire. Las cumbres del Pirineo no se ven cuando llego a Jaca pues un frente de nubes bajas cubre la zona, la noche ha sido tormentosa y llovido abundante por estos valles. 

Afortunadamente conforme suba al balneario esas nubes bajas quedarán atrás, hay otras más altas enganchadas a las cimas pero no parece que el día vaya a ser tan malo. El monte está precioso: neveros abundantes, agua cayendo en cascadas mires donde mires y todo verde que te quiero verde.  Estoy en el Balneario de Panticosa, a 1645 mts de altitud en el corazón del Pirineo Aragonés. Son las 7:30 de la mañana, a la orilla del lago dos pescadores almuerzan sentados junto a las cañas, el hilo no se mueve así que las truchas todavía no se han despertado. Qué paz...


En el parking junto al refugio hay un poco más de movimiento, algunos montañeros acaban de preparar las mochilas y atarse las botas mirando de reojo las cimas que rodean el circo. ¿Y mis colegas?  Todavía es pronto así que entro en el refugio para tomar un café mientras espero.  Antes he mirado mi azúcar y lo tengo en 111 ¡¡la cifra mágica!! hay un grupo de feisbu llamado el Rey de los Unos donde participamos enviando fotos cuando conseguimos esa cifra tan buena y deseada. Selfie al canto que les mando...

En el bar del refu hay unos chicos con camisetas de color naranja, están rotuladas con el logo Trail Running Zaragoza así que les doy los buenos días y me presento. Son Hector y Angel, pero enseguida entra un grupo numeroso equipados con los mismos colores, a la espalda llevan su nombre personalizado. Presentaciones y besos ¡¡hay una chica!! Neme es una campeona que se atreverá a dar un paseo de cuatro estrellas con nosotros por la mañana y a la tarde tiene una carrera de 10 kmts en Cadrete, al lado de Zaragoza. Madre mía, yo creía que estaba loco pero estos están peor...

Son las 8:30 cuando subimos las escaleras junto a Casa Belio y empezamos el sendero que sube a los ibones de Brazato. Caminamos a buen paso pero la pendiente no es muy fuerte y alguien dice: -¡Hemos venido a correr o qué!- , y todo el mundo echa a correr.  Se harán dos grupos y casualidad que me quedaré en medio, bueno por lo menos no me tendrán que esperar.



Pero esta gente no ha venido a competir, cada dos por tres paramos para reagruparnos, hacer pises, fotos y contarnos batallas.  Yo casi que prefiero no escuchar, ¡¡madre mía pero si son todos unos cracks!!  Hector irá a Beasain el viernes para hacer la Ehunmilak (100 millas de ná), otros que le van a animar y de paso a entrenar como leones, Angel se va a estar dos semanas aquí subiendo y bajando montes, otro mozo que mañana se va a currar toda la Sierra Tendeñera desde Santa Elena a Bujaruelo...  La mayoría correrán la Ultra del Valle de Tena este verano y pienso que si hacen una excursión como esta por semana ya la tienen en el bolsillo.

Llegamos al ibón de Brazato, aquí también hay pescadores ¿habrán dormido aquí arriba o subirán cada mañana? En cualquier caso las truchas tienen que estar buenísimas. El día sigue bastante nublado y no podemos divisar los tresmiles de Panticosa a nuestra espalda pero no pinta lluvia. 





Subiremos un poco más a los ibones de Brazato Alto y desde ahí al collado que asoma al circo de Labaza, sobre un ibón al que bajaremos dejando los Batanes a nuestra derecha. Tampoco lo tengo muy claro porque aquí hay dosmiles a tutiplén.  Los neveros se dejan pisar bastante bien así que no ponemos pinchos, nuestras zapas agarran sin problema.

Sin darnos cuenta estamos perdiendo altura a ojos vista hacia el Balneario, terreno de bloques, hierba y por fin llegamos a un buen sendero que en ¿50 zetas? nos llevará al punto de partida.  Corremos a gusto -"a guuussstoooo"- bromea Hector imitando el acento del norte, pues nuestras patas todavía están frescas, ya veremos luego pienso mientras me aprieto la muñequera. Donde los bloques he tenido un tropezón y he apoyado la mano con el consiguiente dolor, si no la hubiera llevado igual me la rompo.  Por suerte no ha sido nada y hoy es el primer día que puedo empuñar los bastones. Bieeen.



Las 11:46 en el balneario, mi azúcar 284, resultado de los tragos de isostar y tres barritas que he comido. Me pongo 2 uds de novorapid y engullo un sandwich de nocilla (tenía hambre) mientras nos despedimos de una parte del personal que termina aquí su entrenamiento. Los demás enfilamos la subida hacia el Garmo Negro,  china-chano / tipi-tapa o como queráis, pero el sol cuando asoma entre las nubes nos calienta de lo lindo aquí abajo y sudamos la gota gorda ¡qué calor!  Angel y yo nos quedamos a la cola del grupo, sufrimos y maldecimos la energía de nuestros compañeros con el mejor humor. Mi camarada de penurias me confiesa que no tiene toda la capacidad pulmonar por un accidente que sufrió. Pero es un campeón que este verano quiere realizar el circuito de 6 ultras de montaña que componen la Challenge Huesca: ha completado la de Jaca y la del Sobrarbe, ¡¡ya solo le faltan cuatro: Aneto-Posets, Tena, Canfranc y Guara!! 

Solo Hector, Angel y yo tiraremos para arriba, los demás nos acompañan hasta el desvío que se dirige a los ibones de Urdicuso, próximos al Balneario. ¡¡Adios, adios!!  Las cimas de Argualas y Garmo Negro que habían estado tapadas toda la mañana casi se despejan ahora cuando las miramos ahí arriba, todavía muy arriba. Pero empezamos a pisar los primeros neveros, hace más fresco y sin darnos cuenta nos vamos acercando al objetivo.


Mucha nieve en esta zona, un inmenso nevero cubre toda la ruta hasta el collado superior próximo a la cresta cimera.  Discutimos un poco acerca de ponernos o no los pinchos, Angel y yo tenemos clarísimo que sí, Hector no tanto pero finalmente los tres los ajustamos a las zapas y continuamos con más comodidad. La nieve está blanda y hay mucha huella de toda la gente que ha subido y bajado hoy por aquí pero con los gacheto-grampones cuesta menos progresar. 




Son las 14:22 cuando llegamos a la Collada de Argualas, lo sé porque me hice un control: mi azúcar 78, así que trago un gel y doy unos buenos tragos al isostar del camel.  Sin los pinchos trepamos por la fácil cresta que en pocos minutos nos lleva a la cima del Garmo.  El día continúa mejorando y podemos ver la vertiente de Pondiellos con los ibones todavía helados, la Pared sudoeste de los Infiernos y el Balaitus. ¡¡Ha valido la pena sudar un poco!!  En la cima hay un tropel de gente, nos hacemos cuatro fotos y para abajo, otro día sacaremos el almuerzo porque hoy hace un poco de aire...





Descender el nevero da un poco de yuyu, sobre todo al principio pues está muy empinado y si resbalas te parece que vas a ir volando al balneario.  Hector bromea al verme nervioso: - ¡Carlos que estás muy tenso!- me repite que la nieve blanda me frenaría en caso de resbalón, pero cuesta creerlo viendo el tobogán a nuestros pies.  Aaaaayyyyy...



Por fin dejamos la nieve atrás y nos podemos quitar los pinchos dichosos.  Comentamos la idea original de hacer la travesía hacia los Azules pero al parecer el terreno es un poco complicado (bloques y alejado de rutas normales), decidimos que ya nos hemos ganado la medalla de oro y las cervezas de modo que tiramos para abajo por donde hemos venido.

-¿Nos acercamos a los ibones de Urdicuso?- , pregunta Angel señalando tres charquitos azules y pequeñitos debajo y a la derecha de nuestra ruta. Pensamos que vale la pena añadir esa pequeña variante y nos desviamos hacia ellos. Con tan buena suerte que nos enriscamos por una ladera descompuesta entre pinos en la que nos las vemos y deseamos para encontrar una bajada. -¡Carlos no me hagas la moto!- se descojona Hector al verme un ligero temblar de patas, y es que a mí las pelis de miedo me gustan pero cuando sale el monstruo siempre apago la tele...  Aquí el bicho es una pedrera donde apenas encuentro asideros y los raquíticos rododendros se sueltan cuando les echo mano ¡su puta madre!  Menos mal que poco a poco y con mi Hector de la Guarda consigo destrepar el dichoso barranco. Angel nos espera abajo del todo pues el riesgo de caída de piedras es grande.

¡¡Qué bonita es la montaña cuando llegas abajo después de hacer la moto!!  ¿Eeeeeehhh?  Jajaja 




Pese a la anécdota del último huerto donde nos metimos los tres mosqueteros, la jornada fue apoteósica y nos cargará las baterías de la felicidad durante unos días. No sé quién dijo que las mejores juergas son las que menos planificas, esta fue una de las buenas.  

¡¡Gracias Trail Running Zaragoza!! Sois muy grandes. Pues eso.  

La ruta en mi Garmin

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