Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

martes, 19 de abril de 2016

Trizurkedada 2016


El Domingo 17 de abril salió un día espectacular para echarse al monte y disfrutar de esta primavera que ahora sí, empieza a regalarnos un poco de Sol y cielos azules, aire fresco -que no frío- y un poco de barro después de los chaparrones del día anterior.


A las 6:40 salimos de Zizur con destino al camping de Aritzaleku. Este año somos nueve, todos corriendo, pues Chema y Raúl que habitualmente venían con la bici, la han dejado aparcada pasándose a la infantería.  Con Sandor, el perro de Iván, somos 10 y todos echamos a correr con las primeras luces por el Camino de Santiago. Algunos llevamos frontal puesto pero ni nos acordamos de encenderlo: para cuando dejamos atrás las luces de la urbanización, el cielo empieza a clarear y se ve perfectamente, no para leer el periódico pero sí para correr sendero arriba, hacia Genduláin primero y Zariquiegui después. Uffff, cómo cuesta esta primera subida...





En el Alto del Perdón se nos une David que viene de Ubani, ahora sí somos 10 locos más el peludo de Sandor los que recorremos la cresta erizada de molinos por el estrecho sendero que conduce al Puerto de la vieja carretera.  A continuación proseguimos por la sierra vecina, terreno de toboganes y llaneos donde podemos mantener un trote decentillo.    

Cómo vuelan Egoitz e Iván, cómo corren Txitxo, David y Nacho, y Chema, y Raúl... y Santi y Pello... Madre mía cómo corre Sandor!!  Y además hablan, no paran de cascar ya estemos subiendo como bajando, los únicos que no abrimos la boca somos Sandor y yo, pero mi peludo amigo porque no sabe que si no podría ir hasta silbando. El muy perro...

Foto: David Senosiáin

Foto David Senosiáin

Foto David Senosiáin 

Toca subir una rampa durilla antes de emprender el descenso a Belascoain, bajada larga y muy divertida por una pista embarrada, con balsas de agua en las que Sandor se la goza ¡solo le faltaba haber traído las gafas de nadar!  Correremos a buen ritmo pero poniendo atención pues además de barro esta vieja pista está petada de piedras y ramas. ¡¡Vamoooosssss!!




En Belascoain

Cruzando el Arga
En Belascoain son las 8:46 cuando me miro el azúcar: tengo 66 y eso que he tomado un gel, así que saco el bocata de nocilla que siempre tengo para estas ocasiones, con eso y dos bocaos a un pan de higo que también llevo estoy listo para continuar.

Cruzamos el Arga y siguiendo las marcas del GR220 emprendemos una subida por entre encinas y enebros, bojes y espinos. El sol ya está alto pero no ha secado aún toda el agua que calló ayer por la tarde: nos tocará penar un poquico en un tramo de pista donde la tierra se agarra a nuestras zapatillas sumando un peso extra. Llegados a un cruce donde abandonamos el GR seguiremos por sendero, ya con menos barro, hacia la cima del Esparatz.  Ahora es la procesionaria la que nos preocupa, pues llevamos un invierno que tras cada salida por pinar nos pican las patas un par de días. ¡¡Cuidado Sandor, no arrimes el morro a esos gusanos!!






El Esparatz tiene 1022 mts, desde aquí vemos perfectamente el embalse de Alloz. Solo nos quedan 10 kilómetros para almorzar ¡¡Vamosssssssss !!  Todos volamos en la larga bajada por el cortafuegos hasta llegar a las pistas que más abajo seguiremos camino del camping. 

David, Egoitz e Iván se escapan pista abajo seguidos de cerca por Pello y Nacho, detrás y con la lengua fuera iremos Santi y yo.  Y cerrando la marcha Raúl y Chema, que no suelen meter kilómetradas y sufrirán un poco en esta última etapa.  Pero muy poquico, porque a pesar de que los escapados se lanzan a poco más de cuatro minutos el km todos llegaremos con un margen de dos minutos a la meta.  ¿Qué meta?  El bar restaurante del camping donde teníamos encargado un almuerzo de campanillas.  Vivaaaaaaa !!!!




Tiempo: 04:06, diez minutos más que el año pasado...

Todas las fotos aquí.








2 comentarios:

  1. Buen equipo ese de los Trizurkos, y con esos paisajes da gusto salir. Un abrazo

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    1. Pues sí, muchas gracias campeón!! Cada día se nos ocurre una excursión a uno u otro monte, lo malo es que ni los días tienen 40 horas ni las semanas 8 días... ¡¡A ver si nos toca la lotooooo!!

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