Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 20 de septiembre de 2015

Media Maratón por el Plazaola


Todo el Verano correteando por el monte y esta semana sólo he pensado en el asfalto: La Maratón de Zaragoza el próximo 27 de septiembre está a la vuelta de la esquina.  Después de la Maratón de Canfranc, tengo claro que mis patas no están para batir marcas personales en la carrera de las carreras, y menos este año, pero en cualquier caso tenía que prepararme lo mejor posible. 

Sí ya lo sé, es imposible en dos semanas pero bueno, por lo menos tenía que saber qué velocidad puede alcanzar mi viejo motor: ¿Podré llevar un ritmo por debajo de 5 minutos el kilómetro? Es decir, ¿alcanzaré la meta en 3:30 o menos?  Pensando en eso salí el miércoles a dar cuatro vueltas al pueblo, (si me dieran un euro por cada vuelta que he dado corriendo a la Vuelta San Cristóbal en Zizur podría dejar de currar).  Bueno, pues a pesar de que al principio las patas estaban duras y se quejaban al pedirles caña, terminé los 11 kmts que son cuatro vueltas con un ritmo promedio de 4:36.  En Zaragoza la distancia será casi cuatro veces más, pero será más llano y quizás consiga un ritmo de 4:50, a ver...

Pero además necesitaba comprobar que el motor no se quemaría si le pedía esa velocidad tanto tiempo. Aunque es cierto que en el monte las excursiones han durado muchas horas, también es verdad que la mayor parte del tiempo vamos caminando, correr lo que se dice correr lo hacemos en las bajadas y en el llano. ¿Podré correr más de 3 horas?  El viernes por la tarde, hice mi clásico entreno alrededor de Pamplona de más de 27 kmts y me costó 2 horas y 18 minutos. El ritmo se fue un pelín por encima de 5 min/km pero es que el perfil del recorrido tiene subidas y bajadas. 

¿Pero seguro que el motor aguantará? Bien, nada mejor que hacer el burro para comprobarlo: Hoy he corrido la Media Maratón por el Plazaola entre Lekunberri y Leitza.  Sabía que sufriría sólo dos días después del entreno largo y he sufrido, sobre todo al principio, pero en la segunda mitad del recorrido, que era cuesta abajo, he disfrutado la sensación de correr a menos de 4 min/kmt (casi) sin esfuerzo.  Como dicen algunos les he quitado la carbonilla a las bujías, perdón, quiero decir a los inyectores.  Vamos allá Zaragozaaaaaaaa

Alberto, Santi, David, Alejo y yo
En Leitza, antes de coger el bus que nos llevaría a Lekunberri.


Esta Media Maratón discurre por la vía verde del antiguo ferrocarril Plazaola que unió Pamplona con San Sebastián entre 1914 y 1953.  La naturaleza del territorio por el que discurre hace que sea un paseo fantástico: disfrutaremos de la conocida vista de la Sierra de Aralar con las Malloas levántandose más de 1000 mts por encima de los pueblos del fondo del valle, interminables bosques de hayas, prados y fincas con sus viejos caseríos, regatas escondidas... Yo tenía una idea preconcebida de que sería un paseo aburrido por la caja del ferrocarril sin otra vista que árboles y más árboles cerrando el camino a ambos lados y nada de eso: por supuesto que había árboles, pues los bosques ocupan una gran parte del territorio, pero a menudo pasas por grandes claros donde el horizonte se ensancha y están los túneles...

Los túneles. Entramos en muchos túneles y uno de ellos el de Uitzi de casi 2700 mts de longitud ¡madre mía!  Algunos corredores llevaban frontal, pero la organización nos ha dicho que salvo alguna de poca longitud, los más largos tenían iluminación suficiente, así que mi cacharro se ha quedado en la mochila.  También pensaba que serían un aburrimiento pero qué va, en el de Uitzi ha sido una gozada notar que a  la mitad del túnel la pendiente se ponía cuesta abajo y ver aumentada la sensación de velocidad entre las paredes próximas. Además tenía algo mágico ver la luz allí lejos, muy lejos y correr y correr sin llegar nunca a la boca de salida.  Qué alegría notar el calor del sol cuando por fin sales afuera. ¡¡Qué maravilla!!  Nos han dicho que en su interior tendríamos 13 grados. Mientras tanto fuera no habremos pasado de 22 así que con todo ha sido una mañana fabulosa para correr.

David se ha marcado un carrerón y cuando yo he llegado en 01:36 él ya llevaba 11 minutos en meta, Santi casi ha bajado de la mítica 01:30, Alejo ha entrado con la primera chica tres minutos después suya y Alberto ha demostrado que por mucho que se descuide en vacaciones puede con 21 kilómetros y con más. Todos hemos disfrutado como ceporros y más con un talo de chistorra bien acompañado de cerveza.  Leitza era una fiesta en el día del Talo y más hoy con la espléndida mañana de un Verano que se despide.




Hemos podido saludar a Daniel García Jaurrieta y a Alfonso Serrano, un super campeón Alfonso: el año pasado ganó esta carrera, este año ha sido segundo en la San Fermín Maratón y hoy ha conseguido un cuarto puesto que le tendría que haber permitido subir al podio porque ha peleado hasta el final a muy poca distancia de los tres primeros.  ¡¡¡Le desamos mucha suerte en la próxima Maratón de Valencia!!!

Mis glucemias: 180 en Leitza a casi una hora de la salida, así que no he tomado nada salvo media botella de agua mineral.  Durante la carrera llevaba dos geles en la mano pero no los he tomado, sí he bebido agua en los avituallamientos además de un cacho de chocolate y un trozo de naranja. Al llegar a meta, en las duchas tenía 68 así que el talo y la caña me han ido de cine. 

Él talo es una torta elaborada con harina de maíz sin fermentar y se la puede rellenar de todo lo que se quiera, dulce o salado. Con chistorra está... ¡¡ummmm!!

La carrera la he clasificado como de asfalto, pero el 99% discurre por piso de tierra, no se puede considerar de montaña aunque sí tiene unos metros de sendero con algún escalón que interrumpe el ritmo y que hoy me ha venido genial para coger aire mientras andaba.  

domingo, 13 de septiembre de 2015

Canfranc Canfranc Canfranc...



Ha sido buena idea pasar la noche en el Hotel Anayet, aquí en Canfranc.  Nico, Fernando, Javi y yo llegamos ayer a última hora con tiempo justo para coger los dorsales y cenar en el polideportivo donde como todos los años la organización ofrecía una estupenda cena a los participantes. Cuando pasamos a las mesas se retiraba Roberto Rodrigo, con quien compartí kilómetros y montaña en la Aneto-Posets. Hace dos semanas que se comió la ultra del Valle de Tena, si consigue esta de Canfranc, solo le quedará Guara para completar la Challenge Huesca Pirineos, compuesta de cinco super pruebas. Si alguien puede con eso es este veterano campeón ¡¡hala maño!!

Cenamos con Iñigo Fernández Mendive, Alejo Germán y con Santi Arias, el primero también sale a las 12 a por la ultra mientras que Alejo y Santi lo harán mañana con nosotros.  Hay nervios, sobre todo con la meteo: hasta este mismo viernes hemos disfrutado varios días con tiempo estable y seco pero mañana anuncian tormentas casi desde el amanecer, con fuertes precipitaciones a partir de mediodía.  Comparamos previsiones y hacemos nuestros propios pronósticos, bromeamos, juramos... La organización ha decidido recortar parte del recorrido quitando las subidas a Collarada, Moleta y Aspe en la Ultra, a Moleta en la Maratón.  Qué rabia, me ilusionaba correr la Maratón original bajando a la Canal de Izas por el ibón de Iserias pero este año no podrá ser...

Nos retiramos a dormir un tanto desanimados, tanto que ninguno fuimos a despedir a los valientes de la ultra que salen a las 12 de la noche. Hace frío, la calle está casi desierta y estamos cansados.

Nos levantamos sobre las 6 despertados por algún trueno que retumba en el valle. Mientras desayunamos podemos oír el ruido que hace el agua pegando en los cristales de la ventana. La tormenta ha decidido madrugar igual que nosotros, es la forma que tiene la montaña de recordarnos que tiene la última palabra por mucho que hayamos entrenado y por muy fuertes que nos creamos.  ¿Y nuestros amigos de la Ultra? ¿Dónde estarán ahora? ¿En la Canal de Izas? ¿Por los ibones de Anayet?  ¿Por la Canal Roya? Ufff  Incluso correr por el parque al lado de casa sería duro con este agua...

En cualquier caso estamos aquí así que vamos allá. Justo cuando salimos del hotel cesa la lluvia y sólo caen unas gotas cuando nos acercamos a la Salida, eso sí, encima nuestra las nubes oscuras ocupan todo el cielo y se agarran a las cimas. Su color violáceo, casi negro, es amenazador.

Javi Oteiza, Yo, Alejo, Javier, Nico y Santi.
Detrás nuestra dos locos de Tafalla y abajo Carlos Irujo.

Más conocidos y amigos: Edorta Elizalde y Javi Oteiza han venido desde Pamplona, igual que Carlos Irujo. Santi Oroz de nuestro Trizurko ha dormido en Jaca con la familia y también está listo para mojarse, lo mismo que Jesús Sanchez -Samuel-, de Sabiñánigo ¡¡menudo campeón!!

Nos ponen música de la película "Trescientos" y la arenga a los espartanos pero ni eso ni las bromas del espiker consiguen animarnos mucho, ¿habéis oído ese trueno? Estamos locos.

Las ocho y salimos los casi trescientos a la carrera calle abajo... ¡Sí, cuesta abajo! Pero antes de completar el primer kilómetro nos vemos en el bosque, en el estrecho sendero que trepa a la Moleta, bueno no, a las nubes.

Conviene empezar la subida entre los primeros porque si te quedas atrás es muy difícil adelantar puestos. Alejo, Fernando y los dos Santis no me han sacado mucho terreno y los puedo ver delante mía al principio pero poco a poco se pierden montaña arriba. No me importa, queda mucha carrera y en cualquier caso contento me veo de mantener el ritmo dentro de mi grupo. Me quito el chubasquero, apenas llueve, la temperatura es alta y...¡¡estoy sudando!!


Me paro a hacer un pis y pasan Edorta y Nico. Seguiré detrás de ellos hasta más arriba, cuando salimos del bosque y asomamos a unos cortados por encima de la Canal de Ip. El viento pega fuerte, muy fuerte y seguimos oyendo truenos pero apenas caen unas gotas. Hace frío y me pongo el chubasquero que llevaba colgando por fuera. Un poco más arriba dos voluntarios nos señalan el recorrido hacia el refugio Buena Vista. La Moleta estará unos 400 mts más arriba pero no subimos más, debemos proseguir por esta ladera sin perder ni ganar altura.

Camino detrás de un grupo y cuando empezamos a ganar altura vemos un numeroso grupo de corredores que bajan hacia nosotros desandando el camino ¡nos hemos colado! Los banderines que señalan el itinerario son escasos y algunos han perdido la placa de color quedando sólo el palitroque. Uno de cada tres, tendrá ese problema y causará más de un despiste, sobre todo lo sufrirán los que están haciendo la ultra y que durante la noche se han encontrado con menos señales.



Ahora vamos a la carrera por el sendero de buen piso, todo lo que hemos subido despacito lo bajamos como cohetes hacia el avituallamiento de Coll de Ladrones. Aquí Alejo y Santi Arias nos dirán que perdieron más de 30 minutos por un despiste que les llevó hacia Canfranc pero aún y todo recuperaron el tiempo perdido y consiguieron un magnífico tiempo en meta ¡¡qué campeones!!

Avituallamiento de Coll de Ladrones, nos juntamos aquí Nico, Edorta, Javi Oteiza y yo entre otros corredores, también coincido con Sebastián, un chico de Jaca con el que subí a la Raca el año pasado, hoy también llevamos el mismo ritmo...

Como un sandwich de jamón york y bebo una coca-cola.  Y seguimos por la pista hacia la entrada a la Canal Roya, donde cogeremos el camino que sube a la Raca. ¡¡Vamosss!!  Otros años bajábamos por un empinado talud detrás del avituallamiento pero este año han quitado esa parte donde Alejo, por cierto, dio un par de volteretas...

La subida a la Raca es la segunda ascensión de esta maratón y es un buen test para ver cómo te van a ir las cosas.  Creo que me van a ir muy bien porque consigo ir todo el rato dentro de un grupo que lidera el de Jaca hasta arriba del todo sin que tengamos narices de darle un relevo. Detrás de este valiente va Nico, dos colegas suyos también de Tafalla, Edorta, tres asturianos que nos alcanzan más arriba y yo que aprovecho para hacer alguna foto.  Progresamos con ritmo regular y muy a gusto sobre todo porque a diferencia de otras ediciones en las que el sol ha castigado duro hoy hace fresco. ¡¡Y casi no llueve!! A ratos cae un chubasco pero cuando queremos poner el chubasquero el agua cesa de modo que nos sentimos afortunados.







En la cima de la Raca nos hacemos una foto con el yeti, bebemos un trago de agua y nos tiramos montaña abajo hacia los hoteles de Astún.  Al empezar el descenso mis compañeros de aventura coinciden con Borja Valdés que está haciendo la ultra y se tira hacia el norte sin perder altura. Le echaré unos gritos de ánimo deseándole toda la suerte del mundo. Tardará en darse cuenta de su error pues desde aquí su itinerario era el mismo que el de la maratón, aún así este campeón conseguirá finalizar en un 14 puesto. ¡¡Bravo!!

Bajamos hasta la carretera y mientras que otros años teníamos que avanzar junto al río por zonas de barro o hierba este año corremos por la carretera, cuesta abajo y sin frenos hacia Candanchú (a cinco el kilómetro no se vayan a creer).

En Candanchú tenemos otro avituallamiento sólido y líquido, me miro el azúcar: a las 13:07 tengo 285 ¡¡vaya!! me pongo 2 uds de insulina que con la gimnasia calculo serán 5 y bebo media lata de coca-cola con un sandwich. Edorta se pira, - ya me cogerás - me dice, sí, sí. No le veré hasta meta, menudo pájaro está hecho este Txurregi...

Prosigo la excursión tras los de Tafalla y los asturianos, pero no consigo unirme a ellos entre otras cosas por alguna parada que hago para hacer fotos, la del principio en blanco y negro es una de ellas. Esta parte es muy bonita, llaneamos y pasamos algunos toboganes en nuestra marcha hacia las montañas de Candanchú: El Aspe preside el horizonte y bajo él destacan la Zapatilla y la Tuca Blanca a donde debemos subir.


Subida muy dura con todo el tomate que llevamos en las patas a estas alturas de excursión. Los asturianos me preguntan qué tiempo me calculo para meta. - Espero bajar de 9 horas y seré feliz si bajo de 8 horas- les digo entre jadeos. -¡No fastidies! - se sorprende uno de ellos - ¡si llevamos 30 kmts y menos de 6 horas de excursión!-.  Sí - le contesto- pero lo que tenemos por delante no es ningún paseo.



Así es, subir a la Tuca Blanca nos costará todavía un rato, antes llegaremos a otro avituallamiento donde miraré mi glucemia otra vez: a las 14:07 tengo 233. No me pondré insulina, no me fío, beberé un vaso de caldo y seguiré para arriba, ahora solito pues me he rezagado del grupo de Nico.  Al llegar arriba un voluntario me explica que debo superar algún flanqueo puñetero equipado con cuerdas. No es difícil pero hay un poco de patio así que la cuerda me quita el miedo. Estoy en la zona más salvaje de la carrera, la más montañera, cuando dejo de ver las banderitas (o los palitroques). El río que se precipita montaña abajo a la llanura de Tortiellas no puede ser buen camino pues a buen seguro habrá fajas o paredes ahí abajo que yo no puedo ver, así que me desvío a unas terrazas a mi derecha donde vuelvo a encontrar el camino ¡¡menos mal!!

En dos patadas -o catorce- bajo a Tortiellas, detrás mía viene otro grupo donde va el de Jaca, inconfundible con su camiseta verde del Club Cisne y sobre todo por su 1,90 de estatura.  No me pillarán, me veo fuerte y troto por la llanura espoleado por algún trueno que resuena entre los paredones que nos rodean. Las nubes han vuelto a cerrarse encima nuestra y cada vez se ponen más oscuras.

De Tortiellas hay que subir unos trescientos metros o algo más hasta el Collado de Estibiellas. Siempre se hace dura esta última subida y hoy también, aunque quiero ser optimista y pienso que casi no estoy haciendo ninguna parada, bueno sí, una para mirarme el azúcar que me tiene mosca: a las 15:16 tengo 195. Me parece bien, no tengo hambre y me siento fuerte, así que no tomaré nada salvo una poca de agua que me dan las dos chicas voluntarias del collado. ¡¡Muchas gracias!!  Tienen una tienda de campaña que miro de reojo deseando que resista el temporal que puede venir de un momento a otro.



He alcanzado a Nico quien me dice que le ha pillado el del mazo. -¿Necesitas algo? ¿Sales, isostar, barritas?- le pregunto. - No tranquilo, tengo de todo, no te preocupes -.  Me contesta el campeón del Trizurko. Le animo diciéndole que sólo nos falta bajar, bajar y bajar hasta Canfranc, pero le apremio señalando la cortina gris que viene hacia nosotros desde la Canal Roya. Tanto este valle como la Canal de Izas y todos los montes de enfrente están ocultos detrás de unos negros nubarrones. Se oyen truenos cada vez más cerca.

Viendo que Nico está espabilado me tiro a la carrera sendero abajo. Vueltas y revueltas, zig y zags, zetas y más zetas por las que debemos perder los casi mil metros de altura hasta el fondo del valle.

A mitad de bajada alcanzo a Javi Oteiza, que el año pasado sufrió lo indecible en esta última parte de la carrera, hoy sus patas no sufren ninguna molestia y bajará mucho mejor llegando a meta un minuto detrás mía.

Pero todavía nos falta un poco, se hace muy larga esta bajada. La tormenta no acaba de llegar así que corro más tranquilo, más tranquilo y más cansado, a pesar de lo cual doy caza a otro compa de equipo: Santi Oroz que está teniendo problemas con el isquio de una pata, ¡mecachis! pero ya tiene la meta a sólo un kilómetro ¡¡vamossssss!!

Las ocho horas y diecinueve minutos que consigo en meta son el mejor crono de las cuatro Canfranc-Canfranc que llevo en mis patas, bueno en la primera hice menos pero porque la dejaron en 38 kmts para todos debido igual que hoy a la amenaza de tormentas.

En meta estaban Alejo y Santi Arias más felices que unas perdices aunque un poco moscas con sus despistes, Edorta todavía más feliz pues llevaba un par de años que el colmillo le goteaba cuando leía mis ladrillos sobre la carrera.  Tan feliz como Fernando Zaratiegui que rozó las ocho horas a pesar de que su tobillo estuvo a punto de amargarle el día y de hecho le frenó un poco en las bajadas. Feliz no, felícisimo estaba Carlos Irujo que se había sentido fortísimo y repetía podio como veterano en la de 34 kmts.  Y por cierto que Javi que venía de parte de Iván Blanes, se arreó un tiempazo de 6 horas y media ¡¡qué tío!!

Carlos Irujo, 2º veterano en la de 34 kmts

Javi bajando de la Raca a toda pastilla

Ese paraguas no es mío...

Santi llegando a meta con su hijo Eneko
les sigue de cerca Javi Oteiza ¡¡vamossss !!

Santi y Alejo con sus jóvenes discípulos

Iñigo llegando a meta después de 80 kmts y
más de 6000 mts positivos de desnivel. ¡¡Bravoooo!!

Pero felices felices Antonio Soria -Txurregi-, David Ferrández -Marmottrail-, Iñigo Fdez Mendive -Trizurko- , Borja Valdés ... y todos los que consiguieron completar la carrera gorda. Enhorabuena a todos y también a los que fueron neutralizados, entre ellos Roberto Rodrigo, quien perfectamente habría conseguido llegar a la meta.  Un día duro, muy duro para una organización que, como siempre pasa cuando la meteo se pone fea, debe tomar decisiones que nunca son bien recibidas por todos. Que además debe mejorar algunas cosas ¡¡sobre todo las dichosas banderitas que se rompían!!  Pero que seguro hizo todo lo que estuvo en su mano para que disfrutáramos de una magnífica aventura por las montañas más bonitas del mundo.

¿Y de los voluntarios qué podemos decir? Sólo pensar en el chaparrón que debió caer en el Collado de Estibiella donde estaban esas dos chicas con su tienda es para quitarse el sombrero.  Todos ellos merecen un aplauso de hora y media por lo menos y los que se comieron la noche y la tormenta del amanecer más, a esos les dedicaremos ocho horas de aplauso. Las mismas que me costará terminar la carrera el año que viene, jejeje.  Porque no hay cuatro sin cinco ¿no?  ¿O me inscribiré a la Ultra? Mi cabeza, mis patas y las montañas dirán...




Comparativa de mi carrera en Garmin en 2013 y 2015
Mi Garmin se murió este año a las 6 horas. 



domingo, 6 de septiembre de 2015

No hay pitera!!!




La Sierra de Santo Domingo, con 1524 mts de altitud es el techo de la Comarca de Altas Cinco Villas, ahí arriba en la puntica de la provincia de Zaragoza. Al Sur Sudoeste se levanta el Puy Moné, con 1307 mts de altitud.  Hay más sierras y picos de menor altura en esta comarca donde nacen los ríos Arba de Luesia y de Biel que caen al Sur y el río Onsella que discurre en dirección Oeste hacia Navarra, por el valle del mismo nombre. Un sinfín de montañas en su mayor parte pobladas de pino, roble quejigo, aquí llamado chaparro y encinas. En las alturas y en las laderas bien orientadas encontramos también abeto y hayas. Un bosque interminable.

Al final de este valle y lejos, muy lejos se sitúa Longás, a 734 mts de altura y en las faldas del Santo Domingo. Digo que está lejos y es verdad, aunque ahora sólo se tarda una hora y media desde Pamplona o algo menos de dos horas desde Zaragoza. Hace años el viaje llevaba mucho más tiempo y aún hoy muchos prefieren llegar por pista forestal desde el Puerto de Santa Bárbara. Y es que el estrecho carretil que discurre desde Navardún por toda la Bal D'Onsella hasta Longás se hace interminable con todas las curvas que traza para salvar cada barranco. Por eso hace años el cartero de Lobera de Onsella prefería ir a Longás caminando por el río, que muchos meses al año baja escaso de agua por el ancho y pedregoso lecho, mucho más recto que el camino carretero.




Son las 9 de la mañana cuando llegamos Fernando Zaratiegui, mi cuñado Pablo y servidor. En la calle principal (casi la única) de Longás ya se levantan los arcos hinchables de salida y llegada y el ambiente está animado por corredores y vecinos. Es un día de fiesta. 

Temperatura fresca, una abuela que luce un chaleco fosforito y dirige el tráfico nos dice que han amanecido con 6 grados y vaya, pocos más ha subido el termómetro así que nos dirigimos a Os Tablaus, la Casa Rural del pueblo para tomar un café. ¡¡Ahí se está más calentito!!  La dueña conoce a mi cuñado pues mi suegra es de Lobera y ha venido muchas veces aquí, las mejores migas y costillas de cordero del mundo, os lo recomiendo.

Hasta las 10 que es la hora de salida tendremos tiempo para cambiarnos y calentar un poco recorriendo las empinadas calles ¡¡ufff!!  ya estoy sofocado...

Saludamos a más colegas de Navarra: Txurregis, Antsoain, Txantrea...  Entre ellos está Victor Amatriain que conseguirá el tercer puesto en los 19 kmts y Alberto Azparren será primero en los 12 kmts.  Hay también un Sarrio de Zaragoza: Oscar Soriano que conseguirá el 2º puesto en la de 19 .  ¡¡Qué campeones!! 

Antes de la salida la organización pasa lista de todos los participantes leyendo nuestros nombres, esperamos que en Behobia no se les ocurra lo mismo. Aquí no somos más de 100 así que en 10 minutos estamos listos. ¡¡Ya!!


Salimos del pueblo y cogemos un sendero paralelo al río, por encima de las huertas. Cruzamos a la otra orilla y empezamos a ganar altura. Pablo y Fernando me adelantan, les pierdo de vista... Fernando está curando un esguince de tobillo y un catarro pero aún así este campeón de los Amigos de la Vuelta del Castillo sabe apretar los dientes y mover las patas camino arriba. ¡¡Bravo!!




El bosque está oscuro: los bojes y pinos crecen apretados a ambos lados de la senda y casi no entra la luz. Estamos siguiendo el cauce de un barranco por el que baja una poca de agua, estos días han caído muchas tormentas pues otros años y en este mes no bajaría ni una gota.  El piso está húmedo pero sólo encontramos barro en contados sitios.

Salimos a una pista, primer avituallamiento: bebo un vaso de acuarius y agarro un cacho de plátano que comeré en marcha, corriendo a cámara lenta por la pista que asciende moderadamente.  Minutos más tarde un voluntario señala un desvío y continuamos de nuevo por senda. Estamos a unos 1240 mts de altitud y vamos a ir así mucho rato sin subir ni bajar casi por un camino precioso.  Camino que nos lleva a un portillo en una de las murallas típicas de esta sierra.  Iré mucho rato con la primera chica, Presen Puyal -de Zaragoza-, y le haré unas cuantas fotos, me gusta incluir la imagen de un corredor en los paisajes de montaña. 






Hablando de paisajes, hace rato que podemos divisar muchas cimas del Pirineo: desde Peña Forca, Bisaurín, Aspe y sus vecinos hasta Collarada, también se distinguen San Juan de la Peña y Peña Oroel.  Eso sí, de reojo, porque la carrera nos lleva entre espesas matas de arizón y la senda está sembrada de ramas y piedras, así que cuidadín...

Yo subí hace años desde Longás por este camino pero tras cruzar la pista nos digimos directos a la ermita mientras que la carrera nos lleva por un lado de la montaña que no conocía, me gusta.  En aquella lejana excursión iba con Julio Navarro -de Longás- y con Felipe, ellos habían llegado desde Sabiñánigo por la pista desde Santa Bárbara mientras que yo fui de Pamplona.  Recuerdo el bocadillo de merluza a la romana del bueno de Julio jajaja... Pero sobre todo me acuerdo de las migas y las costillas en Os Tablaus  ¡¡qué buena excursión!!

La campeona de Zaragoza se me ha ido y la puedo ver ganando altura por la hierba camino de la ermita.  Me alcanza un chico de amarillo que conoce bastante bien el recorrido ¡¡como que es el organizador!!  Le gusta ver lo encantado que estoy con el recorrido de hoy y le felicito por lo bien señalizado que está. Eso sí, no hay que despistarse como algún corredor que en meta nos contará sus aventuras.  Y es que por muchas señales que haya estamos en el monte y a menudo corremos sólos.


Pensando, pensando mientras sudo y resoplo llego por fin al techo de la carrera. Junto a la ermita hay dos voluntarios que tras una mesa nos ofrecen agua, plátanos, melón y frutos secos. Dos vasos de agua y otro plátano que como mientras echo a correr de nuevo ahora sí, cuesta abajo, por una pista de buen piso por la que podemos volar.  



Tras perder algo de altura otro voluntario nos señala un desvío por senda. Bastante delicada pero corredera y puedo dar caza a Pablo primero y a Presen después, que se maravilla de cómo bajo. ¿Quién yoooo?  Si soy un patateroooooo...!!

El sendero sale a la misma pista por la que antes hemos subido, llegamos al avituallamiento (el primero de la carrera) pero no tiramos por el camino del barranco sino que continuamos por la pista. - ¡¡Hasta que se acabe!! - nos gritan los voluntarios. 






La pista termina en Longás, pero nosotros la dejaremos al cabo de cuatro kilómetros, podo después del 15. Para entonces Presen me ha vuelto a pasar y se ha ido camino de la meta, yo he alcanzado a Fernando en el último avituallamiento y lo he dejado atrás en los últimos cuatro kmts de camino, un camino muy guapo por el que perdemos los últimos 300 mts de altura que nos separan de Longás, muy pequeñito debajo nuestra. 

Una carrera de montaña muy, muy chula.  Una región preciosa.  Un pueblo muy bonito y una gente cojonuda, es decir con mucha Pitera. ¡¡Gracias Longás!!




Mi carrera en el Garmin.

Mis fotos.    Las fotos de Pascual Plano, en feisbu. ¡¡Gracias Pascual!!

Mis glucemias regular: poco más de 200 antes de la salida y sólo he tomado un cortado sin azúcar. Los primeros kmts llevaba sensación de estómago vacío pero no era por hipo.  Sólo he tomado dos vasos de acuarius, dos de agua y dos cachos de plátano, además llevaba un gel casero que hago con miel y zumo al 50% del que he tomado sólo un trago.  Con todo al llegar a meta me he empezado a notar mal el estómago y no he podido comer nada (la organización ha ofrecido una paella, ensalada y bebida a todos los participantes).  No he comido sino lo contrario: lo he echado casi todo y después seguía por encima de 200.  Por la tarde ya en casa lo he ido corrigiendo y sobre todo he comido ¡¡por fin!! un plato pequeño de espaguetis con ensalada. Con 4 uds de insulina de postre.