Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

martes, 28 de julio de 2015

Gran Trail Aneto-Posets

"UN PIRINEO EXTREMO, UN RECORRIDO INFINITO"  Es como los organizadores definen la prueba estrella de todas las que se han celebrado en Benasque (Huesca) durante este fin de semana 25 y 26 de Julio: El Gran Trail Aneto-Posets.

Joseba y yo en el Collado sin Nombre (2706 mts)
Con eso de los extremos y los infinitos rondando en nuestra cabeza nos fuimos para allá cuatro elementos: Carlos Nuin del Deportivo Navarra con Alejo, Joseba y yo mismamente, tres mosqueteros del Trizurko.  En el Txamonix de los Pirineos nos juntaríamos con Antonio Soria del Txurregi, y tras el control de material y recogida de dorsales merendamos tranquilamente los cinco en el bar del polideportivo.  El bocadillo de tortilla de atún y tomate que pedimos Alejo y yo se quedó sólo en atún con tomate -sin la tortilla- pero aún y todo estaba buenísimo y con la cerveza mejor todavía. Bromeamos con eso y con el gorro de milka del bueno de Alejo, con las chicas guapas y los chicos feos... Risas y más risas gracias a las cuales no teníamos que pensar en el lío gordo que teníamos preparado en unas horas.

Nada como unas risas para eliminar nervios antes de la batalla...


Alejo con su "gorro de abrigo", Joseba, Carlos marca-paquete y Carlos Cansamontañas
Los Cuatro Magníficos más chulos que un ocho . ¡¡Qué guapo el chaleco de la bolsa de corredor!!

Con Iker y Borja arriba y abajo con Antonio.
Aún teníamos tiempo así que nos dimos una vuelta por el pueblo encontrándonos con más amigos: Borja Valdés e Iker Martinez, los dos apuntados a la Vuelta Aneto, lo mismo que David Salinas tan jovial como siempre que se plantea la excursión como entreno para sus cien millas de septiembre en la sierra madrileña.  ¿Y ese chico que me suena? ¡Es Jorge el de la Meteo! - me encantó poder saludarle y comprobar que es tan majo y simpático como se muestra en su magnífico blog de montaña y meteorología, venía para participar también en la Vuelta al Aneto, corriendo y grabando con su cámara para dejarnos un excelente vídeo como todos los que hace: 


Visitamos la zona de meta y de reojo miramos la alfombra roja que muy pronto pisaríamos y a la que todos queríamos volver... pero un poco más tarde.  En Barrabés curioseamos algunos vestidos y bolsos, no encontramos Louis Vuitton sino Salomon, North Face, Trango World... menos mal que no habíamos cogido las tarjetas porque sino habríamos tenido un disgusto.

De vuelta al polideportivo dispusimos los trastos y aparejos de romano tras de lo cual cenamos: yo había llevado un tupper con ensalada de pasta del que dí buena cuenta. Me tocaba poner la insulina lenta (Lantus) que tiene acción de 24 horas, las 14 uds las reduje a 8 y seguidamente me puse 4 uds de rápida (Novorapid) cuando normalmente pongo 6.

Con todo preparado nos recostamos en las furgonetas y echamos un sueño, eran las 10:30 y teníamos un tiempo precioso para descansar. Alguno pilló hasta el sueño rem porque sus ronquidos podían oírse en la Renclusa, yo de vez en cuando miraba el reloj y a las 11:30 di un toque al personal porque nadie hacía mención de ponerse en marcha. ¡¡Vamosssss!!

Mi glucemia a las 23:38 es 153, me tomo un bifrutas de 330 ml.  Para cuando estamos preparados no quedan ni 15 minutos así que salimos a la carrera hacia la Avenida de los Tilos y cómo no, entre risas ¡¡qué llegamos tarde!!

Ni cinco minutos faltan cuando entramos en el corral ¡¡uffff!!  Estamos en la cola del pelotón: 289 de los 300 apuntados.


La salida debió ser emocionante pero nosotros ni nos enteramos, tiempo justo para cuatro fotos de equipo y a correr, despacito en la cola del pelotón y cogiendo velocidad tran-tran poco a poco... ¡¡Vamossss!!

Hacía calor en Benasque (1130 mts) y la sigue haciendo cuando salimos del pueblo a la oscuridad del valle.  Nos hemos separado, yo voy adelantado junto con Antonio, pero el Txurregi no tarda en perderse delante mía mientras que yo me retengo para unirme al equipo, lo cual no ocurrirá hasta un poco antes de los Baños del Hospital. Resulta que en los primeros metros de la salida a mi tocayo Nuin se le abrió la mochila cayendo el contenido al suelo, Joseba y Alejo se quedaron a ayudarle y ese es el motivo de su retraso, no pasa nada ¡¡anda que no hay carrera!! Poco a poco va refrescando y pasados los Llanos del Hospital incluso caen gotitas de agua, intuyo que puede ser la niebla francesa que estará rebasando la divisoria fronteriza .

Hacia los Llanos del Hospital

Ultimos mts antes de la Renclusa

Algo más de tres horas de carrera cuando llegamos al Refugio de la Renclusa (2140 mts). Mi glucemia a las 03:22 es 105, así que me pongo morado de Coca-Cola, frutos secos, gominolas, un sandwich de jamón york, mermelada...  Con la boca llena me pongo a la cola del grupo y  a buen paso ganamos un pelín de altura para perderla enseguida en la bajada al Plan de Aigualluts.  Tras rebasar la llanura semi-inundada, cruzando arroyos y saltando alguna charca que otra nos internamos en el reino de las rocas, las piedras, los pedruscos, los bloques... Granitolandia.

Ascendemos dentro de una larga fila de corredores, una hilera de luces cuando miramos atrás que también podemos adivinar delante nuestra. Poca charla, porque además no nos oiríamos ya que subimos paralelos al torrente y el agua produce un terrible estruendo. Más arriba dejaremos de escucharla al menos con tanta fuerza, porque bajo las piedras suena el murmullo del deshielo.  Empieza la subida final al Collado de Salenques.  Pisamos algún nevero pero muy arriba. Me voy quedando atrás y mis colegas se detenien en un par de ocasiones hasta que emprendemos la subida final. Voy justo de caja y vuelvo a quedarme atrás ¡¡uffff...!!  Dos sevillanos trepan detrás mía sin dejar de hablar y el run run de su marcado acento andaluz me produce un efecto extraño, como de estar soñando.  Pero no, estos bloques de granito son de verdad y debo prestar atención para ver la mejor forma de salvarlos, saltando o trepando ¡¡Vamossss!!


Cerca del Collado oigo a Joseba que me grita, le respondo pero cuando llego arriba ya ha desaparecido, no importa. Está amaneciendo y aprovecho para hacer cuatro fotos con mala calidad pero significativas. Estamos a 2809 mts en un lugar salvaje y espectacular. Por el Valle de Salenques suben las nieblas mientras que hacia el otro lado a cada minuto el cielo despejado va ganando luminosidad, preciosa imágen que comentamos con los voluntarios y corredores que cada vez más apretados nos detenemos en este nido de águilas para tomar aliento.

Nos han asegurado con cuerdas fijas los primeros metros de descenso y gracias a eso no nos tiemblan las piernas cuando flanqueamos las paredes sobre el abismo de Salenques. No veo rastro de Joseba ni de Alejo o Carlos Nuin de modo que desciendo hasta los neveros de abajo sin pausa pero sin prisa, me hago a la idea de que están más fuertes y ya habíamos hablado de que nadie esperaría más de lo necesario si había mucha diferencia de ritmos.



Por eso me extraño cuando veo a Joseba parado junto a una roca, me saluda animado pero enseguida me dice que se ha dado un golpe con la pierna en una piedra de cantos afilados y ha sufrido unos arañazos. Efectivamente tres líneas rojas se dibujan en su espinilla, no sangran pero una de ellas es profunda. Ummmmn.  Mi compañero tiene vendas y adhesivo para apañar una buena cura. Un corredor se detiene y nos ofrece las tijeras ¡¡menos mal!! pues nosotros no llevamos y la venda no se dejaba cortar...  Cuando terminamos el apaño y comprobamos que no sangra, Joseba se anima a continuar. Le duele el golpe pero no hay daños de importancia así que continuamos.

No sé si por lo apretado del vendaje o por el susto, el caso es que mi compañero no consigue avanzar con seguridad entre los bloques, y eso que le estaba gustando la gimnasia y le había pillado el gusto a los equilibrios.  ¡¡Qué mala pata!! Se había retrasado adrede para esperarme y en un despiste al relajar el ritmo ha sido cuando ha perdido pie.  Los dos estamos seguros de que, de haber seguido la marcha con Alejo y Carlos Nuin no habría pasado, pero es tontería darle vueltas, rápidos o lentos, cada zancada es arriesgada en un terreno como éste y requiere la máxima atención. ¡¡Qué mala suerte!!

Casi recuperamos un buen ritmo camino del control de Salenques cuando mi compañero tropieza cayendo cuan largo es sobre las piedras. Por suerte no es nada, pero evidencia que no está al 100% de condiciones. Nos damos un márgen, quedan doscientos metros hasta el control y como llegamos sin más problemas Joseba se anima a continuar. Es una decisión importante porque aquí estamos próximos a un punto de evacuación y el siguiente control está en Llauset: tenemos la etapa más técnica de la prueba por delante.

Pero este chaval estaba muy ilusionado con esta carrera, en sus piernas tiene un montón de kilómetros por senderos, montañas y barrancos, todo para llegar aquí lo mejor preparado posible y no se quiere marchar sin intentarlo. ¡¡Claro que sí!! ¡¡Vamossss!!

Hay una subida dura hasta los 2706 mts, más de 400 mts de desnivel por terreno tieso y agreste, con apenas rastro de senda, pero los dos progresamos a buen ritmo. El tiempo perdido nos ha recuperado algo y esta subida donde el año pasado iba asfixiado se me hace menos dura.  Al principio de la ascensión escuchamos unos gritos que tienen que ser de Alejo y Carlos Nuin, los pobres no saben la causa de nuestro retraso y andarán a ver si les pillamos. El móvil no hemos hecho ni encenderlo pues suponemos que no hay cobertura.





Estany Cap de la Vall

Estany Negre desde el collado sin nombre ¡¡Espectacular!!



Bajaremos a los Estanys de Anglios para subir a ese collado
 y llegar al embalse de Llauset.

Una vez arriba tenemos subidas y bajadas hasta el descenso a los Lagos o Estanys de Anglios, el terreno sigue siendo exigente y requiere atención y esfuerzo contínuos, lo que va pasando factura a mi compañero. Iremos despacio y más despacio todavía en la bajada a estos preciosos ibones o estanys. Después otro pequeño repechón para superar un collado, al otro lado está Llauset. ¡¡Ahí está Joseba!! Ya lo tenemos. Le doy ánimos asegurándole que llegados allí le habrá dado un buen mordisco a esta prueba, el más sabroso y salvaje. ¡¡Bravo Joseba!!

Control de Llauset, al fondo el Collado de Ballibierna

Llegados a Llauset mi amigo fue examinado en el puesto de enfermería donde comprobaron que la herida no era importante y sólo requería dos o tres puntos, que le pondrían en Benasque. Aquí se despidió de la aventura pero estoy seguro de que ahora mismo estará soñando con volver el año que viene. ¡¡Ya somos dos!!

Pero yo no he terminado la excursión así que tras ponerme morado de frutos secos, caldo con fideos, café, coca-cola, quesitos, galletas y nocilla salgo como alma que lleva el diablo hacia el collado de Ballibierna ¡¡Hasta luego Joseba, nos vemos en Benasque!!

Al haber hecho la etapa Salenques-Llauset a ritmo tranquilo me encontraba a tope de fuerzas de modo que fui adelantando grupos de corredores todo el rato a tal velocidad que más de uno me preguntaba qué había comido en el control... Pero no se trataba de qué había comido sino de cuántas ganas tenía de terminar esta aventura. En mi cabeza lo resumía todo a superar dos obstáculos: el collado de Ballibierna y el de la Forqueta, después de Salenques eran las máximas cotas de la ultra, ¡¡vamossss!!
El Posets tapado por las nubes allí al fondo, muy lejos.
Ver el macizo de Posets desde el Collado de Ballibierna (2732 mts) da miedo ¡¡qué lejos está!! Pero ahora toca bajar, por terreno delicado al principio pero enseguida se llega a tramos de sendero corredero con mejor piso a medida que llegamos a la Cabaña de Coronas. 

En el refugio o cabaña de Coronas, a 1940 mts han dispuesto un avituallamiento que es novedad este año. Viene muy bien porque todavía queda mucho hasta Benasque así que me detengo y como de todo, ¡¡qué rico el melón!!  Mi glucemia aquí a las 13:29 es de 123, así que me echaré un par de geles al bolsillo y reanudaré la carrera hacia Benasque. ¡¡Ah pero antes!! le hago una foto al chaval que me ha adelantado hace un minuto como una exhalación: Cristofer Clemente ha salido de Benasque 8 horas más tarde y aquí está, me ha pillado ¡¡qué tío!! Llegará a Benasque a las 14:27, media hora antes que yo...
El corredor canario Cristofer Clemente será el campeón
de la Vuelta al Aneto ¡¡Bravo!!

Es mediodía y los 8 kmts de pista de Ballibierna son una dura prueba bajo el sol de este verano, por mucho que sean cuesta abajo. Llevo un vaso vacío y cada vez que veo agua me paro un segundo a mojarme la cabeza, ¡¡qué placer!!  Gracias a eso llegaré a Benasque, donde hay 30 grados de temperatura más fresco que una perdiz ¿o era feliz?

Carlos Nuin consolando
al bueno de Alejo ¡¡pobre!!
En el control y avituallamiento del polideportivo está Joseba que me recibe sonriente, contento de verme llegar tan animado. La sorpresa es ver a Carlos Nuin, -¿Pero que haces aquí campeón? - le pregunto extrañado. - Nada, descansando un poquillo y esperándote - me contesta, pero enseguida añade que Alejo ha sufrido una rotura de fibras y que deja aquí la carrera. ¡¡Mecachis la mar!!  Y seguramente ha sido por las paradas que han hecho esperándonos a Joseba y a mí.  ¡¡qué mala suerte!!

Tranquis que cuando escribo este ladrillo sé que está animado para correr los 42 kmts de Canfranc, así que la cosa no ha sido muy seria. Pero es una faena porque estaba fuerte como el vinagre y habría hecho un carrerón, seguro que sí. ¡¡Otro que tiene faena para el año que viene!!

Tengo 70 de azúcar en sangre, así que como un plato de pasta, algún trozo de melón, coca-cola, caldo, café...  de todo y sin ponerme gota de insulina ¿para qué si mis músculos van a seguir currando unas cuantas horas más?


Continuar con mi tocayo me da respeto, está mucho más fuerte que yo pero también sé que su filosofía no es hacer un tiempo u otro sino terminar y disfrutar.  Por otra parte es un hombre tranquilo, con una calma y un sentido común a prueba de fuego, de modo que tras cambiar mis zapatillas kalenji por unas sportiva nuevecitas (incluyendo calcetines) mis pies que habían llegado un tanto recalentados se quedan nuevos para reanudar el paseo y mi confianza al 100% de que lo conseguiremos. Comienza la II parte de esta ultra: La Vuelta al Posets. ¡¡Vamossss!!

Tenemos casi 400 metros de subida, la "tachuela" del Molino de Cerler, afortunadamente vamos por un sendero dentro del bosque y casi siempre a la sombra, la temperatura es alta pero el viento, aunque muy flojo, es fresco y nos alivia en las zonas despejadas. Eso sí, el sol es africano.

Por el sendero hacia el Molino de Cerler
Aún por sombra, sudamos la gota gorda y se hace largo llegar arriba, a los descampados próximos a la estación de Cerler, lo positivo es que no dejamos de cruzarnos con todos los corredores de la Maratón de las Tucas y todos y cada uno de ellos, a pesar de que también llevan una buena paliza y bajan de casa diós, nos animan y aplauden al pasar corriendo al lado nuestra.  No te crees un héroe cuando te felicita un vecino, un amigo o un cuñado, pero si te felicitan setecientos y pico chicos y chicas que no conoces de nada... Entonces estás seguro de que te has levantado siendo supermán!!!

En Eriste son las 17:37 de la tarde, el sol sigue alto y calentando cuando paramos 5 minutos en el avituallamiento. Por suerte la pista que asciende valle arriba hacia la Espigantosa, camino del refugio, discurre por la orilla izquierda que está en sombra. Tipi-tapa, chino-chano, subimos bastones en mano con la cabeza gacha pero con buena conversación los dos Carlos supervivientes de la cuadrilla.

Alcanzamos a tres elementos, dos son asturianos y ya habíamos ido un rato juntos en la subida al Molino de Cerler. Ahora volvemos a coincidir con ellos y con otro corredor que resulta ser Roberto Rodrigo, un veterano maño del club Atlético Sobrarbe, yo le conocía de haber cruzado algún saludo en la Ultra de Guara hace dos años.  Los asturianos son Helios y Rafa, este último es otro montañero veterano que anda metido en la organización de Travesera que ha venido a Benasque invitado por los organizadores de la Aneto Posets  ¡¡vaya regalo envenenado!!

Los dos están alucinados con los paisajes que están descubriendo, Helios se ha quedado con los bosques próximos a la cabaña de Coronas en Ballibierna, bosques de pino negro como los que tenemos aquí en el valle de Eriste y que también está espectacular.  A todos nos sorprende la cantidad de agua que desciende no sólo por el cauce principal sino casi por cada barranco secundario. Las tormentas de estos días atrás han debido ser terribles.

Un lugar fantástico y lleno de magia:
Cruzamos la Aigüeta de Grist en el puente de Tramarrius

Cascada de Espigantosa
Helios y yo nos hacemos una foto de recuerdo

La pista que nos lleva hasta la Espigantosa es un cuestón de tres pares, pero ahí termina y continuamos por sendero, seguimos ganando altura con algún descanso pero muy contado.  El paisaje sigue siendo soberbio, escuchamos y podemos ver más saltos de agua entre los árboles y en las laderas de los montes próximos también se ven hilos plateados de agua, muy lejos.  Las paredes del Escorbets se levantan imponentes a nuestra derecha y quedan a nuestra espalda cuando iniciamos la subida final hasta los 2110 mts del Refugio de Eriste o Angel Orús.

Por el camino hemos alcanzado a una chica: Luisa Abril, que cree ir cuarta en la clasificación femenina y anda comiendose un poco la cabeza con el asunto. Quizás por eso no había parado mucho tiempo en Benasque y anda ahora justa de fuerzas. La animamos con el avituallamiento del refugio. Vamosss!!!

Quien también necesita ánimo soy yo que me da un pajarón en los últimos repechones próximos al refugio. Aunque me había tomado un bote de taurina cafeina poco má arriba de la Espigantosa no ha sido suficiente y llego muy justo al refugio: mi glucemia a las 20:18 es 95 y eso que me había metido dos barritas y un gel cinco minutos antes. Devoro unas cuantas galletas con quesito, con nocilla, un sandwich de jamón york, frutos secos, dos cocacolas y pillo otras dos para la mochila, lo que tenemos delante es casi más salvaje que Salenques: el Collado de la Forqueta a casi 2900 mts de altitud que nos abre el paso a Viadós en la Bal de Chistau. ¡¡Madre mía qué lejos!!

Los voluntarios son fantásticos pero los del refugio Angel Orús más todavía, uno de ellos me dice que también tiene diabetes pero de pastilla, osea del tipo II que decimos. Me dice que coja más coca-colas pero bastante peso son las dos que me llevo, jajaja  ¡¡Muchas gracias campeón!! Adiós, adiós!!

Nos alejamos del refugio con las últimas luces, Roberto nos habla del Ibón de Llardaneta, que para él es uno de los sitios más bonitos del Pirineo y que tiene la curiosidad de no tener desagüe visible.  Todavía tenemos un poco de luz y lo podemos ver ¡¡qué sitio más fantástico!! se respira una paz total, hay algunas tiendas cerca de la orilla pero reina un silencio total. ¿Y el collado ?  - Allí lo tenéis- nos señala también Roberto, quien a estas alturas es nuestro guía oficial pues conoce cada piedra del camino. -¡¡ Ánimo, que sólo tenemos 200 mts de desnivel !! -.

Dejamos atrás el Refugio Angel Orús


Luisa seguida de Roberto

Orillas del Ibón de Llardaneta. Ultimas luces.

Será muy larga la subida hasta el collado, los voluntarios no dejan de animarnos desde arriba, pero Luisa anda muy, muy justa, casi no le entraba nada en el refugio y apenas ha comido nada así que tiene las energías por los suelos, cada cuatro pasos debe parar a tomar aliento.  A su lado vamos Roberto, un chico de Barcelona ¿Juan Miguel? y yo sin dejar un segundo de animarla entre bromas y veras.  La noche se ha echado encima cuando llegamos arriba. Mientras subíamos no hacía casi frío pero al otro lado sopla el aire y debemos abrigarnos: cortavientos, guantes, buff ... todo viene bien. Y pienso en los campeones que el primer año pasaron por aquí en medio de la tormenta ¡¡Cómo las pasarían!!

Y todavía pienso más en esos valientes cuando más abajo, pasados unos neveros, el sendero pierde su nombre para caer a pico en la oscuridad de un abismo cuyo fondo no podemos ver.  Aseguramos cada paso y clavamos bastones por si fallara el pie, ni pensar en resbalar.  Mi colega Carlos y los asturianos se han adelantado, deben ser aquellas luces de allí abajo ¿O será el refugio de Viadós? Ni idea, esto es gigantesco y en la oscuridad de la noche todavía parece más grande...  Menos mal que Roberto nos va detallando casi cada paso de los que tenemos por delante y eso nos da un poco de seguridad.

Por fin llegamos al bosque donde el camino vuelve a ser eso, un camino y proseguimos a mejor ritmo. Luisa está recuperada, será porque vamos de bajada o por el guaraná que ha tomado -por cierto, tengo que probarlo-, el caso es que estamos llegando a Viadós.

En las cercanías de Viadós el sendero cuenta con bancos
para descanso de los excursionistas

Es curioso, arriba de la montaña no hacía tanto frío. Al llegar al refugio de Viadós estamos helados. Carlos sale con otro chico justo cuando llegamos. Está más fuerte y cada minuto que gane ahora es un minuto de oro que podrá dormir (él es quien conducirá en el viaje de vuelta), ¡¡hasta luego campeón!!

El refugio de Viadós está casi un kilómetro alejado de nuestra ruta, hay que andar y desandar esta pista llena de agua que sube y baja ¡¡qué rollo!!  Pero vale la pena por el buen trato y cariño con que nos reciben allí. Dos chicas voluntarias nos ofrecen mantas, café, caldo...  Mi glucemia a las 0:54 del Domingo es de 311, llevo más de 24 horas sin insulina, así que me pongo 6 uds de lenta y 1 ud de rápida, prefiero seguir alto a un pajarón.

Aquí nos esperaban Rafa y Helios, que continúan con nosotros, Juan Miguel se quedará a dormir un rato porque no puede de sueño así que salimos cinco mosqueteros a cubrir la última etapa de esta formidable aventura: Debemos superar unos 700 metros positivos hasta el collado de Estós. ¡¡Vamosss!!

En la Pleta de Añes Cruzes Roberto nos dice que debemos cruzar al menos cuatro barrancos, por todos baja el agua abundante y blanca de espuma a la luz de nuestros frontales, espectacular.  Todavía no he dicho lo bien señalizada que está la ruta, la organización ha dispuesto unas chapitas que brillan a la luz y podemos ver las señales luminosas hasta muy lejos y arriba muy arriba... ¡¡ufff!!


Luisa vuelve a tener problemas con la subida y más arriba Helios y yo nos adelantamos porque nos estamos quedando fríos.  Rafa tampoco tira cohetes pues le duele la espalda pero este hombre es duro como pocos y apenas se queja, sólo que se va quedando dormido.  

Se nos hace muy largo llegar a este último collado, no es sólo la subida, es que cuando crees que has llegado arriba, la pendiente se hace más tendida y debes seguir mucho trecho casi llaneando. Por fin llegamos y vemos a los voluntarios tendidos en el suelo en el interior de sus sacos de dormir. Hace un frío terrible con el aire pelado que sopla aquí y nos preguntamos cómo no han puesto una tienda o algún parapeto donde refugiarse.  Nos aseguran que están bien, les damos nuestros datos y nos despedimos dándoles las gracias por el frío que están pasando. ¡¡Adiós, adiós!!

Si subir se ha hecho largo, bajar al refugio de Estós ni te cuento.  Por suerte el camino es bastante bueno y no nos guarda sorpresas desagradables. Enseguida avanzamos entre prados y después entre pinos negros, ya falta menos!!

Refugio de Estós, alcanzamos otra vez a Carlos Nuin que justo sale hacia Benasque para cubrir ahora sí, la última etapa. Helio y yo nos sentamos y nos ponemos morados atendidos por los voluntarios como si fuéramos unos marqueses.  Son las 03:53 y mi glucemia 87, mejor que los 311 de Viadós pero muy justa así que me pongo morado, entre otras cosas tomaré 5 vasos de caldo caliente. Riquísimo!!

No pasan 10 minutos cuando llegan Roberto, Luisa y Rafa, volvemos a ser los cinco magníficos cuando salimos hacia Benasque.  Esta aventura la tenemos ¡¡Vamoooosssss!!

Un rato de sendero y enseguida llegamos a la pista del Valle de Estós cuando las luces empiezan a clarear el cielo y empiezan a distinguirse las paredes del Perdiguero a nuestra izquierda y las Tucas de Ixeia a nuestra derecha. El río Estós baja a tope de agua, espectacular. Este puede que sea uno de los valles más bonitos del Pirineo Aragonés, todavía no podemos verlo a placer pero a la altura del barranco que baja de Batisielles disfrutamos de la estampa de los hermosos hayedos que se cierran sobre la pista. 

Intentamos correr pero nos cuesta, nos duelen los pies, recalentados y con alguna ampolla que otra, podríamos ganar muchos minutos pero seguimos caminando, alternando alguna carrera cuando el piso lo permite.  

¡¡Qué largo se nos hará todavía!!  Cuando bajamos al valle principal todavía tenemos 4 kmts de llaneo hasta la meta, corremos un poco, andamos...  Helio y Rafa se han quedado atrás y nos llaman, cuando nos giramos vemos otro grupo venir a la carrera, con ellos viene una chica y eso nos impulsa a correr también para que Luisa no pierda un puesto en la clasificación.  Pero es inútil, vienen muy fuertes y nosotros vamos a cámara lenta, imposible.  No pasa nada, el número cinco en la clasificación es mucho más bonito campeona!!!  Y sobre todo es fantástico estar en esa clasificación!! todos lo conseguimos:  Rafa el rey de las Traveseras, Luisa campeona en Nogueruelas y en mucha otras, Helios finisher en la carrera del Cainejo (10000 mts positivos) y Roberto Rodrigo el veterano campeón que este verano quiere sumar tres aventuras tan brutales o más que esta de Aneto-Posets a su cuenta como son la Ultra de Canfranc, la de Valle de Tena y la de Guara. ¡¡Bestial!!

Y este es el humilde relato de su seguro servidor y amigo Carlos Cansamontañas.  Un placer amigos!!!


domingo, 19 de julio de 2015

Mesa de los Tres Reyes y Petrechema

Del gris -casi negro- al azul -casi blanco- sólo hay un rato, pero el tiempo se estira y se hace largo cuando los rayos y la lluvia de la tormenta te obligan a buscar refugio y esperar que llegue la calma.

La tormenta se acerca desde el Sur: la cortina de agua cae sobre Ezkaurre
A las 8 menos cuarto de la mañana llegamos a Linza -Zuriza- en Huesca, seis campeones: Alejo, Antonio, David Senosiain y David Salinas, mi tocayo Carlos Nuin y servidor de ustedes.  Nos hemos levantado con truenos en Pamplona y aunque hemos dejado atrás la tormenta sobre la capital navarra, al llegar a Isaba y después a Linza hemos visto como llegaba otra desde el Sur.  Caían unas gotas mientras nos preparábamos junto al refugio -nuestro punto de partida-, pero reinaba el buen humor y nadie hablaba de olvidar nuestro plan: Subir a la Mesa de los Tres Reyes y después al Petrechema.


Y es que esta mañana me he juntado con unos tipos peligrosos, esa clase de gente que no se asusta por un trueno lejano y que no mira detrás suya las nubes negras que cada vez están más cerca.  No seré yo quien abra la boca para poner pero ninguno, así que me miro el azúcar y con 104 mg/dL agarro un botellín de Acuarius de medio litro y lo bebo de un trago (bueno de dos) y agarrando los bastones me pongo detrás del grupo camino arriba. ¡¡Vamosss!!

Mi tocayo Carlos Nuin es quien más animado va, insiste en que no hay que preocuparse y que al menos debemos llegar a la Hoya de la Solana, a mitad de camino, para tomar decisiones.  Y eso a pesar del pedazo de trueno que acabamos de escuchar.


Me consuelo un poco (muy poco) cuando adelantamos a un grupo de excursionistas con niños  y a una pareja de montañeros. ¡¡No somos los únicos inconscientes!!  Pero cuado me doy la vuelta y veo el panorama no me cabe duda de que nos vamos a mojar, y si sólo fuera eso...  Los truenos cada vez se oyen más cerca.

Diez minutos más tarde tenemos la tormenta encima: ráfagas de aire, lluvia y rayos que caen muy cerca nuestra nos determinan a dar media vuelta.  Poco antes habíamos visto una cabaña y sin pensarlo un segundo nos tiramos monte abajo fuera de sendero y por derecho hacia ella. Soy el último del grupo, está claro que mis colegas son unos campeones subiendo pero lo que es bajando y con rayos a tutiplén son unos fuera de serie.  Me quedan unos metros para llegar a la cabaña y el estampido de un trueno me pone los pelos de punta, tiro los bastones y aprieto a correr como un mozo en el encierro de San Fermín -prefiero cien miuras a un rayo encima mía- ¡¡socorroooo!!



Casi media hora después deja de llover y aunque sigue muy cubierto y oscuro decidimos continuar nuestra excursión.  Lloverá a ratos pero al menos el aparato eléctrico se ha terminado así que el único problema será quitarnos y ponernos el chubasquero cada dos por tres.  




David Senosiáin y Alejo 

David Salinas y Antonio ¡¡qué caras de frío!!

Cima de la Mesa

Agujas de Ansabere junto a Petrechema

Enseguida nos vemos bajo la Mesa buscando las mejores repisas que ascienden a la cima, el aire sopla muy fuerte y nos agachamos por miedo a salir volando, echando mano a las piedras ¡¡socorro!!  Llegados arriba sólo quedan unos metros hasta la estatua de San Francisco Javier junto a la maqueta de su Castillo, pero dejaremos esa foto para otro día, tal es el viento que nos azota...  Estamos en el punto más alto de Navarra justo aquí también está el límite con Aragón y con Francia, pero por más que miramos no vemos a los Tres Reyes, con este día seguro que no se han levantado de la cama o están jugando al golf en Salou, eso será...                                                    

En dos saltos nos vemos de nuevo en la base de la montaña y decidimos hacer un alto para almorzar aprovechando un abrigo.  

Una parada para almorzar con el Petrechema en el horizonte

Muchas risas durante toda la excursión y más ahora que se van las nubes y se aclara el panorama. Mis compañeros no han dejado de hablar y bromear en ningún momento, ni siquiera cuando hace un rato pensábamos que se nos llevaba el aire, eso sí Alejo: no me des en el trasero con los bastones porfi, que al final me va a gustar... No es necesario decir que Salinas no ha callado ni en las peores cuestas y lo interesantes que son las batallas contadas por Carlos Nuin y por Antonio, dos pájaros de cuidado que ya saben lo que es el Tor des Geants o la Ultra Mitic de Andorra.  Alejo, Antonio, Carlos y yo participaremos dentro de 7 días en la Aneto-Posets mientras que Salinas lo hará en la Vuelta a Aneto, no tendría problema en repetir la ultra pero su objetivo este año son las 100 millas en la Sierra de Madrid, llave para la super ultra del 2016. 

Diez minutos para almorzar y enseguida continuamos la bajada cruzándonos con algún grupo de excursionistas que también han sabido esperar esta mejoría en el tiempo.  A la vuelta de unas piedras nos topamos con unos chavales y ¡¡sorpresa!! Ahí están Jesús Casabona, Asier y Xabier San Martín junto con otros amigos que también se dirigen a la Mesa.  Es una alegría encontrarme con los hijos de mis amigos ¡¡qué viejo soy jajaja!!


El abuelo Cansamontañas con la chavalería  ¡¡Bravo campeones!!
Llegados a la Hoya de la Solana cogemos la bifurcación que nos lleva hacia Petrechema, nuestro segundo dosmil a donde llegaremos en poco rato. Arriba son las 12:40 y tengo 246 de azúcar, así que me pongo dos unidades de novorapid para comer el medio bocata de nocilla que tengo, con eso y el isostar del camel podré mantener el ritmo de la cuadrilla en nuestra carrera cuesta abajo hasta el refugio.

Primeros metros de subida a Petrechema

La cuadrilla más animada en la cima del Petrechema:
Carlos Nuin, David Salinas, yo y David Senosiain.
Sentados Alejo y Antonio.

Panorama desde Petrechema: Bisaurin y Agüerri a la izquierda, Alanos y Atxerito
 después, Txamantxoia, Ori y la Mesa a la derecha.

Bajamos a muy buen ritmo y cerca del refugio ¡¡otra sorpresa!! nos encontramos con Xabier Zarranz y su familia que también han decidido acercarse a la montaña para disfrutar de este Sábado, tan oscuro al principio y tan luminoso ahora.  

Alejo y David Senosiain, al fondo La Pakiza

Detrás nuestra las dos cimas de la jornada

Corriendo hacia el refugio. Ezkaurre al fondo y Txamantxoia a la derecha

El verdadero objetivo de la jornada: huevos fritos con chistorra, bacon, lomo...
y cerveza, mucha cerveza !!!  
Todas las afotos aquí.  Mi ruta en el Garmin aquí. Salen 19,87 kmts con 1366 mts de desnivel pero falta la primera parte de la excursión. En el navegador de Carlos Nuin salían 23 kmts y casi 2000 mts positivos...

A las 13:57 en Linza tenía 258, así que me puse 4 uds de novorapid antes del almuerzo. En casa a las 18:00 tenía 84.