Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

viernes, 2 de enero de 2015

San Silvestre de Lerín

Foto cortesía de Egi Cotanda ¡¡qué chula!!

La última aventura del 2014 ha sido sin duda la más dura, en la que más he sufrido.  Participé en diciembre de 2010 así que ya sabía lo que me esperaba. Por eso aproveché la mañana del último día del año para acercarme al gimnasio donde tras calentar un poco, corrí 15 minutos en la cinta y terminé estirando un poco, sobre todo los isquios que últimamente me han traído algún problema.

A las 3:30 había quedado con David Senosiáin, Lau y Pello para salir hacia Lerín. La salida es a las cinco pero nos costará 40 minutos recorrer los 48 kmts que hay desde Zizur. Recoger los dorsales, saludar a los amigos y tomar un café nos deja el tiempo para echar una carrera y reconocer el circuito.


Por ahí están también Jesús Abaigar, Sergio Iriarte, Carlos Lizoáin muy bien acompañado de su hijo Aritz ¡que conseguirá un magnífico crono de 25:32, Zorionak!, José Facila, Juan Luis Blanco, Nacho Valencia... Y por supuesto muchos amigos de ANADI - la Asociación Navarra de Diabetes-, como son Félix y José Igigoyen, Manu y Jose Llanderas.  Un montón de locos con muchas ganas de echar a correr.

A las 5 en punto nos lanzamos calle abajo para doblar una esquina y enseguida correr calle arriba seguida de otra calle en llano -muy cortita-, que nos lleva a una plaza donde cambiamos de dirección cogiendo una cuesta arriba por otra calle...  Son tres vueltas a un circuito urbano, que más parece un laberinto de toboganes, uffff... ¿cuánto falta?

Sólo he ido a gusto los primeros 100 metros, después he sufrido como un perro intentando mantener el tipo y el ritmo dentro de la manada.  Mis referencias han sido numerosas: primero un chaval del Ardoi con pelo rizado a quien he seguido muy de cerca más de la mitad de la carrera, después me he fijado en un veterano -muy veterano- a quien todo el mundo animaba, también ha pasado delante mía en la segunda vuelta pero le he podido pillar en la tercera pues con el dorsal en el pecho no respeto canas ni nada...

Al terminar la segunda vuelta no nos han doblado los dos primeros por unos pocos segundos. Por otra parte, mi compañero de equipo Lau Campanon, me ha seguido de cerca sin yo saberlo en las dos primeras vueltas para pasar delante también al inicio de la última, cosa que ha hecho con total autoridad y sin pestañear, consiguiendo más de medio minuto de ventaja en la meta. ¡¡La próxima verás, jajaja!!  Clasificación aquí. 

Foto cortesía de Egi Cotanda ¡¡Muchas gracias!!

Increíbles las sensaciones de correr en las bajadas, acelerar una vez que doblas  la esquina para coger la calle siguiente mientras vigilas las patas de los demás corredores dentro del pelotón, jadear, tragar el aire fresco a bocanadas, lágrimas en los ojos, bracear y apretar los dientes intentando no bajar el ritmo en esa cuesta, ni en la siguiente...

San Silvestre de Lerín  Por la dureza de su trazado, su buena organización, y el magnífico buen trato al corredor es sin duda la mejor manera de despedir el año. ¡¡No os la perdáis el próximo 31 de diciembre de 2015!!  


Mi carrera en el Garmin, es curioso: en mi cacharro sale un ritmo de 4:23 min/km
 mientras que en la clasificación oficial me marca 3:56 min/km. ¿Cuál es la distancia exacta?
 Porque mi garmin señala 7,12 kmts.  

Mis glucemias: No la miré antes de la carrera pero por precaución tomé un café con hielo y azúcar. Al terminar, en el vestuario, a las 18:00  tenía 46, lo cual arreglé con dos barritas. No hubo tiempo para cervezas porque nos esperaba la familia y por eso nos perdimos el lunch ¡¡mecachis la mar!!



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