Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 24 de febrero de 2013

Nieve, Sidrerías y carreras

Séptima Edición de esta bonita prueba con meta en Hernani, la corrí por primera vez en 2011: Sagar Lasterra -carrera de la sidra-  es una carrera explosiva en la que tras los primeros 800 metros en llano,  rompes tu ritmo contra una empinada cuesta:  Son casi cuarenta metros que hay que subir sin desanimarse porque después, salvo algunos toboganes -más cortos- la estrecha carretera te conducirá rápidamente a la meta.  Pero no te confíes:  Si tu altura es superior al metro sesenta tendrás que agachar la cabeza en un oscuro túnel bajo las vías del tren próximas a Hernani y  a falta de un kilómetro, quedará una última cuesta cuando vayas por el carril bici, su pendiente no es fuerte pero se te puede atragantar si vas justo.  Y si después de eso te quedan fuerzas, las podrás quemar en los últimos 500 metros a meta.  ¡¡Vamos!!

¿Pero vamos a ir con este tiempo?  Santi, Martin y yo dudamos sólo un segundo.  A pesar de los 2 grados bajo cero y del polvo de nieve que cae sobre Zizur, en la Cuenca de Pamplona, emprendemos la ruta dirección Irurtzun por la Autovía de San Sebastián.  El paisaje blanco es precioso pero cuando vas por una autovía y ves que la calzada también está de ese color es difícil disfrutar de las vistas. Afortunadamente Santi está hecho un campeón - y las ruedas de su coche también-, y sin ningún contratiempo llegamos a Hernani en una hora aproximadamente.  Lo difícil aquí será encontrar sitio para aparcar, pero después de dar cuatro vueltas ¿o fueron ocho? por los barrios de la ciudad, conseguimos encontrar una plaza libre no muy lejos del polideportivo.

Saludamos a Carlos Vallejo - de los Amigos de la Vuelta -, está preparando la Maratón de Barcelona y mañana le toca entreno largo, pero aquí está dispuesto a quitarse el frío con nosotros.  La organización nos lleva en un bus de línea hasta la Salida, situada en un polígono industrial junto al río Urumea.  Apretado junto a nosotros también está Javier Lansac, amigo y vecino de Zizur.  Con sus veintipocos años, Javi consiguió hacer la hora treinta en la Media de Tudela el domingo anterior.  Confía en hacer una buena carrera y en que las lesiones le respeten una segunda prueba en tan pocos días.  Los toboganes que le describimos no le hacen mucha gracia y va callado escuchando nuestras "hazañas".



Javi, Martin, Santi y yo mismo
fotos cortesía de Sara  ¡¡Gracias guapísima!!

El bus nos deja en nuestro destino, a 8900 mts de la meta.  Nos quedan 10 minutos hasta la salida y los dedicamos a trotar y estirar  ¡¡qué frío!!  Se ven pocos pantalones cortos, casi todos -yo también- llevamos mallas largas y un par de camisetas ¡¡ y guantes por supuesto !!  Bromeamos con eso de que más nos valdría meternos en alguna de las sidrerías por las que vamos a pasar y ponernos hasta arriba de txuletón y sidra, quién sabe, la organización sorteará 25 invitaciones para dos personas  ¡¡ que haya suerte !!

¡¡Pum!!  la pistola nos "grita" que corramos y enseguida nos olvidamos del frío y de los txuletones buscando nuestro sitio y nuestro ritmo.  Vallejo tira para adelante como un cohete,  Martín hace lo propio y Santi detrás.  Javi está a mi lado y le digo que se olvide de ellos y que mida sus fuerzas.  Consejos vendo y para mí no tengo, pues yo me tiro a todo lo que dan mi caja y mis patas, mirando el garmin de reojo en busca de un ritmo por debajo de 4 min.  Pero no lo consigo en los primeros metros y mucho menos en los toboganes de después -salvo en las bajadas-.  Pasado el kilómetro 3, Javi me adelanta  - ¡¡ánimo Javi!! - le animo, pero al mismo tiempo intento seguir su ritmo.  Desisto enseguida, pues hoy mi caja no da más de sí.  Resignado veré cómo se aleja y me contentaré con mantener mis fuerzas y mi velocidad.  Uffff.... ¿cuánto falta?

¡¡Tocayo!!  - Es Carlos Vallejo que me grita super animado en una parte del recorrido donde nos cruzamos con los primeros de la carrera, ellos van de bajada y a nosotros nos toca subir una corta rampa - otra más-.  Uffff...  El campeón conseguirá un magnífico 22 puesto en la clasificación absoluta.  Estoy seguro de que en Barcelona también hará una gran maratón  ¡¡¡Bravo!!!

Mi tiempo en meta: 38:03 y lo malo es que tengo 352 de azúcar ¡¡madre mía!! El ejercicio físico es bueno para la diabetes, pero está claro que el estrés de competir contra el crono y tus propias fuerzas no lo es tanto.  Antes de la salida, a las 10:20 tenía 253, sin tomar nada y después de sudar casi 9 kilómetros no entiendo unas cifras tan altas, pero también me ha ocurrido en carreras más largas como una media maratón.  Sólo puedo asociarlo al estrés de competir aunque sea conmigo mismo. Escribir Cien veces:  Corre y Disfruta, no te estreses capullazo...  Y lo peor es que no nos tocó ninguna cena de sidrería en el sorteo ¡¡mecachis la mar!!



Menos mal que hoy los números han sido mejores:  Tocaba entreno a ritmo medio con mis compas de Atletismo Zizur y a pesar de la nevada con que nos ha sorprendido este último Domingo de febrero, nos hemos decidido a salir hacia Pamplona para disfrutar de las bellas estampas nevadas de los parques y calles de la capital navarra.  Alejo, Martin, Pedro, Javi y servidor:  cinco mosqueteros bien abrigados para comernos casi 13 frescos kilómetros de asfalto.  ¡¡El próximo domingo tocará la Media Maratón de Nájera a Santo Domingo!!  Más toboganes y más kilómetros...

Primeros metros por la urbanización de Zizur

Bajando hacia Pamplona, a la vuelta será duro subir esta cuesta...


Por la Universidad de Navarra junto al río Sadar

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Junto a la Universidad Pública

Javi y Martin me esperan en la subida de la gasolinera
Alejo y Pedro se alejan al fondo de la imágen.  ¡¡Esperarnos!!

Alejo, Pedro, Martín, Javi y yo
Mis glucemias hoy:  202 al desayunar y 88 al terminar.  Datos del Garmin aquí.