Correr, caminar, pedalear, trepar, nadar, saltar...Trabajar y VIVIR. La diabetes, una anécdota.

Siempre y cuando controlemos el ejercicio y nuestra glucemia en sangre. Esta enfermedad que junto con la obesidad está considerada la epidemia del siglo XXI permite llevar una vida activa perfectamente normal gracias a médicos e investigadores, profesionales apasionados que no dejan de trabajar para que mañana sea de verdad una anécdota. Hay dos tipos principales de diabetes: Tipo I y tipo II. La primera es la mía, la insulino-dependiente o también llamada infantil, porque en un alto porcentaje de casos se presenta a edades tempranas, aunque yo "debuté" con esta enfermedad a los 44 años. Mi sistema inmune falló y atacó a las células del páncreas que producen la insulina sufriendo a continuación los tres síntomas del libro o las "tres Pes": Poliuria (orinar mucho), Polidipsia (sed horrible a todas horas) y Polifagia (hambre, hambre, haaaambre).



¿Porqué a mí? Pensé. A mí que toda la vida he hecho deporte, que sólo tres meses antes terminé mi Cuarta Maratón en Donosti, a mí que no fumo, a mí que soy un chico formal: Buen padre y ejemplar esposo, a mí que hago la declaración de renta puntualmente y pago la contribución urbana y el impuesto de circulación religiosamente cada año... ¿Porqué?



El estrés que tantos sufrimos en mayor o menor grado, herencia genética, un catarro mal curado, la contaminación, el agujero de la capa de ozono... Médicos, familiares, amigos, vecinos y yo mismo apuntamos una u otra causa, pero lo cierto es que daba lo mismo. El caso es que mi cuerpo -mi páncreas- casi no tenía reservas de insulina y que ya no iba a producir más -o muy poca- y que iba a necesitar "pincharme" insulina todos los días.

domingo, 25 de diciembre de 2011

¡¡Feliz Navidad!!

Imágen de la Sierra del Perdón tomada el pasado domingo 18 de diciembre.
La noche anterior la primera nevada fuerte de la temporada
pintó de blanco los montes de la Cuenca, ha llegado el Invierno
Cómo disfruté el domingo pasado corriendo por los caminos del Perdón, la novedad de pisar la nieve por primera vez y sobre todo las buenas sensaciones en las piernas (las molestias en la rodilla están olvidadas), hicieron que las dos horas y cuarto que pasé respirando el aire frío del invierno a bocanadas, me supieran a gloria.  ¡Qué bien se está cuando se está bien!

Y así con el mejor de los ánimos me reuní ayer a las 8:30 con Martín, Santi, Lau y Joaquín para celebrar la Navidad como más nos gusta:  Desde el poli echamos a correr hacia Pamplona.  Primero tiramos por la Universidad de Navarra hasta cruzar la Avenida de Zaragoza, después pasamos por el Sadar y desde allí subimos hacia el centro de la ciudad.  A las 9:30 llegábamos a la estación de autobuses en la Vuelta del Castillo, donde sabíamos que Ricardo Abad comenzaría su maratón nº 450.  

Allí nos encontramos además con un montón de amigos que también querían acompañar a Riky en su reto.  Txema, Arturo, Carlos Vallejo, Txope, Esteban, Fernando, Javi, Dani ...  un pelotón de amigos y amigas enamorados del deporte más bonito y sencillo del mundo.  Pudimos dar dos vueltas con toda la tropa, dosmil cuatrocientos y pico metros cada una de ellas, según nos dijo un veterano de los Amigos de la Vuelta.  Una manera estupenda de celebrar la Navidad.

Foto Ricardo Abad

Foto Ricardo Abad


domingo, 11 de diciembre de 2011

Arri Kilinka

"La Arri kilinka es una de las piedras más populares de Euskal Herria.  Esa fama le viene de que la roca bascula sobre el pedrusco que le sirve de base.  La altura de la Arri kilinka es superior al metro y medio, mientras que su perímetro de forma un tanto pentagonal, tendrá tal vez más de doce metros. Según la tradición oral, cuando el viento sopla con fuerza en los días de "zehar-haizea" (viento del Sur-Oeste), éste consigue mover la piedra y dicen que desde la lejanía su sonido se asemeja al de una campana.  En el barrio de Bearzun de Elizondo, en uno de sus caseríos, nos contaron tiempo atrás que los ancianos solían citar que esta piedra había sido lanzada por Roldán contra Pamplona, pero que la Arri kilinka cayó ahí, en ese escondido paraje casi en la línea de mugas entre Baztán y Alduides."  El Pirineo Vasco, travesías y cumbres a través de una geografía humanizada.  Luis Peña Santiago.

Me he permitido copiar este fragmento del libro para poneros en situación y explicar mi objetivo en la excursión que emprendí este Viernes día 10 de diciembre a las montañas de Baztán y Quinto Real.  Los 48 kmts que hay entre Zizur y Artesiaga me llevan algo más de tres cuartos de hora en una mañana fría y gris. La niebla se quedará en la Cuenca de Pamplona,  pero el sol sólo es una tímida luz cuando llego a Zubiri, pues una leve cortina de nubes altas no acaba de irse.  ¿Dónde están los cielos azules del verano?  En Eugui, la carretera rodea el pantano que almacena las limpias aguas del Arga,  que aquí es sólo una regata a donde van a parar los barrancos de Adi por la derecha y de Saioa a la izquierda.  Dejaré la carretera principal que se dirige a Francia por Urquiaga y me desviaré a la izquierda, cogiendo un estrecho carretil que trepa montaña arriba por un inmenso bosque de hayas, no en vano estoy en el corazón de Quinto Real, hasta llegar a los 990 mts del puerto de Artesiaga.  Desde aquí la carretera desciende a Irurita: al fondo del valle de Baztán, a tan sólo 220 mts de altitud.


Diez de la mañana.  En el alto de Artesiaga hay más coches, seguramente habrá montañeros ascendiendo a la cima del Saioa, que desde aquí está muy cerca y con sus 1419 metros domina todos los montes vecinos. Mi ruta me lleva justo en dirección contraria: hacia el Noreste, por el sendero GR-12 que perfectamente señalizado flanquea unas montañas vecinas hasta el collado de Oyelegi (1070 mts).  El camino es fácil, pues además de las señales discurre por terreno despejado y el único problema sería que la niebla se echara sobre los montes.  Toda la ruta discurre sobre el cordal que hace frontera entre Baztán y Quinto Real, hasta que llegado al collado de Artgintzo continúo por el GR11 hacia Elizondo, con Baztán siempre a mi izquierda y el valle francés de Alduides a mi derecha.
Collado de Bustalmorro, bifurcación GR11 y GR12

Nieve en el Pirineo Aragonés

No subiré el Argintzo (1210 mts), tampoco a la cima vecina de Los Generales (1156 mts), pues no tengo muy claro el tiempo que me llevará llegar a la famosa piedra.  El itinerario me llevará por el interior de un bosque de viejas hayas y aquí sí que me detendré para captar las bellísimas imágenes de estos árboles, ya desnudos de hojas pero con los troncos y ramas cubiertos de verde musgo.

En el collado de Zaldegi, se levantan dos refugios de cazadores,  hay que saber que la mayor parte del recorrido se ve jalonada por puestos de caza de paloma, la mayoría son parapetos a ras de suelo pero en las zonas donde el bosque sube a los altos, los cazadores han dispuesto palomeras en las copas de las hayas con escaleras para subir a los púlpitos, algunos a más de 15 mts de altura.  Desde octubre hasta mediados de noviembre no aconsejo esta excursión, pues el pin pan pun, puede ser peligroso si espantamos un bando de palomas a un cazador.

En las proximidades de Peña Alba me detendré a charlar con un montañero, es de Elizondo y ha salido desde allí -qué suerte tienen algunos-, duda en cuanto a la ruta a seguir pues son las 12 y estamos en los días más cortos del año.  Miramos el mapa y me doy cuenta de que yo estoy muy cerca de mi objetivo.  Confortado con este encuentro -no había visto a nadie más en todo el recorrido-  proseguiré animado mi excursión hacia el Monte Argibel, dejando Peña Alba a mi izquierda.



La cima de Argibel es una isla de piedras encima de los verdes puertos de la divisoria y de lo alto de sus paredes se han desprendido un sinfín de piedras, algunas descomunales y una de ellas es Arri kilinka:  Inconfundible cuando me acerco a ella, asentada en equilibrio sobre otra gran piedra que hace de pedestal.
Desde la cima de Argibel, observamos cientros de piedras desprendidas,
la del centro si os fijáis es  nuestra protagonista.



Con cierta prevención subo arriba y me pongo en un lado y en otro de la piedra, pero no consigo moverla, quizás mis 72 kilos no son suficientes, así que la próxima vez vendré con compañía, ¡te vas a enterar Arri kilinka!!.

Los Alduides
  Estas montañas de Baztán pueden ser excursiones y entrenos durísimos pues a pesar de tener sólo mil y pico metros, las rutas se pueden empezar desde los 200 mts del valle.  A mi regreso al puerto de Artesiaga coincido con dos chicos que habiendo dejado un coche en Erratzu (290 mts) han subido al Auza (1306 mts) y desde allí se han venido hasta aquí para subir el Saioa (1419 mts).  En Artesiaga habían dejado un segundo coche y ahora volvían a por el primero.  ¡¡Me lo apunto!!

FOTOS, FOTOS, FOTOS

Mis glucemias:
186 a las 7:40 antes de desayunar, últimamente amanezco bastante alto, ummmmn.
79 a las 10:22 en el collado de Oielegi, tras 20 minutos de trote.  Como una barrita y bebo isostar.
62 a las 12:39 en la cima del Argibel, después de un rato haciendo el indio encima de la piedra.  Como un bocata de jamón york con queso fresco, bebo isostar y además un gel de manzana.
69 a las 15:00 en Artesiaga.  Como una barrita y rapidito para casa a por un cocido de garbanzos que quita el hipo.

En total han sido 5 horas justas con paradas para fotos y almuerzo incluídas.  Pero podrían haber sido cuatro horas de no ser por mi rodilla que todavía me manda "señales", vamos que me pincha un poco en las bajadas...